Saltillo: Una perrita cordial y combativa

Opinión
/ 20 octubre 2024

Los animales han sido importantes para bien y para mal. De unos años para acá se ha ido reconsiderando a esos seres que han acompañado a los humanos durante miles de años. Desde la adopción y transformación del lobo en perro, el hombre cambió: adquirió un camarada y un defensor.

Sabemos que cabras, borregos, vacas, caballos y camellos tenían una gran importancia en el medio oriente y en el oriente extremo. En parte, esas manadas, rebaños y hatos ayudaron a destruir el medio ambiente. Datos serios mencionan que alrededor de los ríos Tigris y Éufrates el pastoreo destruyó grandes bosques y desertificó todo. No es gratuito que se hayan construido los jardines colgantes de Babilonia. Y los abusos en el aprovechamiento del agua ayudaron a que surgiera la escritura, precisamente para controlar a los agricultores y al riego o derecho al líquido. Se encuentran en caracteres cuneiformes deudas, ventas, permisos y castigos; sólo el hecho de azolvar una acequia era un crimen. Jorge Santayana, filósofo español, subrayó que la invención de la escritura fue el inicio de la explotación de los trabajadores por los poderosos; en un ladrillito cocido hace cinco mil años aparece: fulano de tal me debe un saco de trigo y un burro.

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Aquí la familia Sánchez Navarro desertificó zonas enormes. El marqués de Aguayo llegó a tener 200 mil borregos en su hacienda de Patos. Ambos son antihéroes.

Una cosa es la crianza como negocio y otra la relación personal con una mascota. Que recuerde, en Saltillo todas las familias tenían perro. Era un miembro más. Pero era un animal. Hoy en día se ha desarrollado una especie de amor y veneración por los canes, que, por lo regular son muy fieles y hacen compañía a los humanos. Conozco a quienes poseen cuatro, seis y hasta 10 y se sienten felices. A mí me gustan, en mi infancia conviví con algunos de los que no he olvidado sus nombres, mas no tengo, a pesar de que no pocas gentes me han presionado para que adopte uno. Dicen que en la ciudad andan sueltos más de 3 mil y me pregunto cómo sobreviven; pero sobreviven: encontraron las condiciones. Me alegra que los perristas hagan esfuerzos por colocarlos en hogares. Mi hijo tiene dos que recogió en la calle, una sobrina seis, y así. Cada quien.

Durante el último chubasco que inundó la ciudad sucedió algo que me parece encantador. La doctora Evelyn Aburto llegó a su casa, abrió la puerta y creyó ver una serpiente en el interior. No se equivocó: una enorme víbora de cascabel estaba enroscada en un rincón. Sus dos perritas ladraban y gruñían a la intrusa. Una fue la que hizo los mayores ataques y recibió tres mordidas en cabeza y mejilla. Evelyn llamó a vecinos y al 911, y una señora a la Policía Ambiental. Ésta logró atrapar a la gran cascabel, que resultó de más de un metro y la entregó al serpentario del Museo del Desierto. La perrita recibió suero anticrotálico y vivió. Así que ambos animales están felices (si se permite la expresión).

El suceso resultó prolongado, de manera que se tomaron fotos y vídeo. Era increíble la rapidez con que atacaba la serpiente, casi no se percibe: era un rayo. Y la perrita seguía atacándola, mientras Evelyn le gritaba para que dejara la lucha: no le hizo caso. Ahora, Evelyn dice que fue aterrador, pero que la víbora simplemente hacía lo que debía hacer: defenderse. ¿Y la perrita?, expuso su vida para proteger a su dueña: 20 mil años de instinto estaban presentes.

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