Sismología del desastre
Las Comisiones Estatales de Derechos Humanos o la Comisión Nacional sufren de amnesia colectiva
Muchos de los abatimientos militares resultan ejecuciones extrajudiciales. México, nuestro país, balacea antes de abrazar. La inflación alcanza la numeraria de los fallecidos.
Esa versión de los hechos resulta desquiciante. Las Comisiones Estatales de Derechos Humanos o la Comisión Nacional sufren de amnesia colectiva. Ninguna de ellas efectúa recomendaciones. Suspiran aliviadas de la desmemoria de la opinión pública.
Alabado sea el señor de los cielos. En la tierra paz. Ratata ta ta, del tableteo de las balas automáticas de la policía y la milicia.
Traslado de pedacería humana rumbo a las morgues. Los forenses arman puzles imposibles. Dolientes circulan por el Hospital Universitario. Ministeriales hacen su agosto en contubernio con el responsable de la firma de salida. Si quiere certeza haga la prueba DNA.
También por kilo entregan cadáveres. Tatuajes, señas particulares, zonas de defunción. Siempre le dije deja de andar con los mugrosos. Solo terminó la secundaria. Cada semana enviaba dinero para hacer el super. Tan buen hijo. Los amigos lo fueron llevando por el mal camino.
Estrategia de seguridad. En todas las plataformas, los responsables, encargados y burócratas, lanzan la promesa recalcitrante, reparar el tejido social en todos los estratos.
Mayor cantidad de armamento para el siguiente año. Negocio redondo en el futuro presupuestario. Como en feria de pueblo, los monitos de plomo caen en la refriega desde las improvisadas trincheras.
Todas las prisiones, incluyendo los panteones, resultan suficientes para la sangría. Viene ya la fundación de los Zetas versión 2.0
Les llaman fuerzas especiales. Instaladas en Sinaloa. Irán por desertores. Mayitos y Chapitos les ofrecerán plata por su plomo educativo.