Tikambaj, hogar de los artistas de la Nación Ikoots

Opinión
/ 2 febrero 2025

Cualquiera que me haya escuchado hablar de Tikambaj (San Mateo del Mar), sabrá del apasionamiento, amor y nostalgia que siento por este fascinante territorio, ubicado en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.

Tikambaj vive entre el mar vivo (Océano Pacífico) y el mar muerto (Laguna Inferior), a 8 metros sobre el nivel del mar. La voz del viento se confunde con la del mar, mientras las calles se colorean con las faldas de las mujeres que caminan por las calles largas y soleadas.

En diciembre de 2017, fue el azar lo que me llevó a este pequeño lugar en la costa del pacífico, jamás había escuchado de los Ikoots, tampoco sabía que era el mar vivo, ni el mar muerto, ni mi condición de mol (persona que no pertenece a la comunidad de los ikoots).

Tikambaj cambió mi vida, especialmente como artista; me di cuenta que la danza, como lenguaje único, no me alcanzaba para comunicar todo lo que había encontrado en este lugar, la complejidad del territorio, la grandeza de su cosmovisión, las problemáticas con las que viven, la riqueza de su lengua y arte. Se revelaba ante mí, un universo, el de las tejedoras, el sonido del caparazón de tortuga, el sonido del ombeayüts, el viento del norte y del sur.

$!Danza de los mailünts, Foto cortesía de Hugo Burgos.

Hoy 2 de febrero, es la gran fiesta de Tikambaj, se celebra la fiesta de la Virgen de la Candelaria, y con ello, el inicio de su fiesta patronal. Durante este periodo, la comunidad se viste de flores, fuegos artificiales, quema de toritos, venta de artesanías, así como la tradicional danza de los mailünts, en el atrio del templo de San Mateo Apóstol.

Esta danza, se diferencia de otras, por ser ejecutada al ritmo del violín. En el vestuario destacan sus tocados, con listones, espejos, monedas antiguas de plata, y una larga pluma de ave.

Hay celebración en Tikambaj, y aunque estoy muy lejos, desde este desierto, que alguna vez fue el Mar de Tetis, mi corazón se une al festejo. Descubrí una tierra llena de artistas, amigos, inspiración, tejedoras, totopos con camarón, cielos azul eléctrico, faldas de colores que vuelan, la voz del viento y un amor profundo.

Con este artículo, inicio una serie de textos, dedicados a mis amigos y hermanos Ikoots, donde les presentaré a sus artistas y a quienes me recibieron con gran amor, como Bety Müm, mi mamá de Tikambaj, o mis amigos Saúl Cepeda y Hugo Alberto (Teat Lex).

Las imágenes que acompañan a este artículo, son cortesía de Hugo Burgos, un jóven artista Ikoots, que participó en el photocamp de Natgeo, que se logró en colaboración con las autoridades de Tikambaj y Manos del Mar, proyecto dirigido por Ana Hernández.

Felicidades, hermanos Ikoots, ¡larga vida a Tikambaj!

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