David Lynch, un director "feliz", con películas "oscuras"

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El director de obras de culto como "El hombre elefante" o "Mulholland Drive" se confiesa un hombre "feliz".
Madrid, España.- Frente a los que tildan sus películas de "oscuras", defiende lo que de verdad "le enamora" a la hora de iniciar un proyecto. Las ideas fluyen en la mente del realizador norteamericano David Lynch. Llegan a él y las visualiza en su mente como si fuera "una pantalla de televisión".
El director de obras de culto como "El hombre elefante" o "Mulholland Drive" se confiesa un hombre "feliz". Viajó a Madrid para participar hoy en el festival Rizoma, un certamen que en esta edición apuesta por el concepto "trans" en las artes.
Antes de impartir una conferencia en el Museo de Arte Reina Sofía, Lynch habló de cine, de creatividad y, sobre todo, de meditación trascendental, una técnica creada por el indio Maharishi Mahesh Yogi en la década de los 50.
La descubrió hace cuatro décadas gracias a su hermana y ahora, aseguró, forma parte de sí mismo y de su obra. Hasta tal punto que es el impulsor de una fundación que lleva su nombre y con la que pretende difundir lo que considera la "llave" para alcanzar "la inteligencia, el amor, la felicidad, la energía y la paz".
Su tono de voz es apacible, firme, seguro. Contrasta con el surrealismo de sus películas, con los pozos sombríos en los que caen algunos de sus protagonistas.
"Hay gente con problemas para entenderlo: dicen que mis películas son oscuras pero que yo hablo de felicidad...", señaló hoy, divertido. "Hay quien hace películas con final feliz, pero yo me enamoro de lo que me enamoro...".
Lleva siete años sin dirigir un filme, pero parece preocuparle poco. "No sé qué voy a hacer en el futuro pero las ideas están bullendo", afirmó. Reconoció estar satisfecho con el trabajo realizado, pero no descarta que el mejor esté por venir. "No hay nada perfecto, siempre se puede hacer algo mejor".
Este artista multidisciplinar, un "hombre del renacimiento" cuya obra trasciende la gran pantalla y alcanza disciplinas como la pintura o la música asegura le gusta hacer películas pero no ve las que hacen los demás. "No sé nada de cine", afirmó con sencillez el ganador de la prestigiosa Palma de Oro en Cannes ("Wild at Heart",1990)
Al ser preguntado por las polémicas declaraciones del ministro de cultura español, José Ignacio Wert, que puso en duda la calidad del cine español, Lynch se limitó a responder: "El gobierno americano tampoco hace nada por el cine, salvo ganar dinero. Muchos gobiernos, como el de Francia, sí lo apoyan; creo que es muy importante ese apoyo a las artes".
La obra de Lynch no procede de ninguna experiencia paranormal, como él mismo afirmó rotundamente, sino de algo tan simple como "las ideas", la clave de todo proceso creativo. "Pones toda tu energía y la llevas a cabo". Tan fácil (¿fácil?) como eso.
La meditación trascendental ha influido en la obra del cineasta. "El estrés, la tensión, el odio, la tristeza, la negatividad... comienzan a irse, se hacen más débiles. Mejoran las relaciones sociales, aparecen las soluciones a los problemas y las ideas fluyen", destacó.
Y antes de marcharse, descubrió otro de sus secretos: "Hacer lo que a uno le gusta". Lamentó que "mucha gente" tenga que trabajar en algo que no le interesa "porque necesita ganar dinero y mantener a su familia". Y sentenció: "Es muy importante divertirse con lo que se hace, disfrutar de la vida".
Por Ana Lázaro Verde/DPA