Armando Bartra presenta al ‘nuevo heredero zapatista’

Artes
/ 20 mayo 2019

El académico presentó el pasado sábado su libro “Los nuevos herederos de Zapata” en la Sala Julio Torri, acompañado del escritor saltillense Alejandro Pérez Cervantes

Bartra concedió a VANGUARDIA una entrevista exclusiva antes de la presentación de su libro.

-Me llama mucho la atención esta perspectiva intelectual que usted tiene de la Revolución y específicamente de Zapata, háblenos por favor de la obra que presenta- “Esta publicación ‘Los nuevos herederos de Zapata’, no porque haya unos nuevos herederos distintos a los anteriores,  sino porque el libro en su primera versión que se publicó en los años 80, lo publicó editorial ERA se llamaba ‘Los herederos de Zapata’; luego apareció una segunda edición diferente, ampliada, más actualizada y esa se llamó ‘Los nuevos herederos de Zapata’; y esta última es la tercera reedición y hay varias impresiones de por medio, se llama ‘Los nuevos herederos de Zapata’, y es la historia de los movimientos campesinos, de las luchas, de las movilizaciones, de las demandas, de las protestas de los campesinos después de la Revolución. No son los hijos de Zapata en el sentido estricto, sino  una metáfora para referirse a los campesinos mexicanos que no fueron los que hicieron la Revolución, sino los que en los años 20, 30, 40, 50 y hasta la primera década del tercer milenio, han seguido reivindicando sus derechos. Son 100 años, ahora en esta última versión del Fondo de Cultura, son 100 de historia de luchas, de movimientos campesinos postrevolucionarios de todo tipo, de reivindicaciones agrarias, con temas que tienen que ver con la producción, con el crédito, la comercialización, con la seguridad en el campo, con la democracia…”

-¿Con el ‘paternalismo’ de Lázaro Cárdenas?- “Claro, este es un tema interesante en el libro. Sí efectivamente el tema de Cárdenas es muy importante; es importante en todo el país, es importante en cualquier momento y para cualquier historiador, quizás es importante también aquí en Coahuila por la parte que comparte con Durango y demás de La Laguna, porque hay una acción importante del gobierno cardenista en esa zona que es un reparto agrario muy significativo y una expropiación muy significativa. En ese sentido el cardenismo es importante en el libro y en esta región. Sobre el ‘paternalismo’ de Cárdenas, yo diría que Cárdenas no es esencialmente una persona que adopte una actitud paternal con los campesinos, es al revés. Lo que sucede es que Cárdenas llega al gobierno después de 15 o más años de postrevolución, había pasado toda la tercera década del siglo 20 y estaban ya la cuarta década, y la presunta pacificación de los campesinos mexicanos, que durante la segunda década del siglo habían hecho una revolución y estaban muy alborotados desde 1910 hasta 1920, mínimo y cuando llega Cárdenas, los campesinos seguían alebrestados, había movimientos de derecha como la cristiada, había movimientos de izquierda con los agraristas, pero el campo seguía siendo un polvorín, la gente no estaba satisfecha con la dotación de tierras, había conflictos muy fuertes. Si Cárdenas no hubiera decidido radicalizar la reforma agraria, es decir entregar más tierras, esto hubiera explotado, entonces no es que Cárdenas vea a los campesinos ‘pobrecitos, vamos a hacerles justicia’, es que los campesinos estaban en una situación de presión social muy fuerte y Cárdenas lo que hizo fue buscar una alternativa para darles digamos solución negociada, pacífica, reformista, de otra manera hubiera sido explosiva. Que Cárdenas fue paternalista, pues si lo interpretamos solo en un sentido. Cárdenas una vez que impulsa la Reforma Agraria, que no le quedaba de otra más que hacerlo, en efecto propone formas de organización para el campo. Propone aquí en La Laguna un modelo los ejidos colectivos. Los ejidos colectivos son una idea del gobierno, no es una idea los campesinos. Es un modelo que Cárdenas pensaba que era el mejor modelo para la producción de los campesinos porque así no trabajaban solos en pedacitos, sino que se agrupaban muchos, era una economía social y esto iba a ser más eficiente. Ahí yo creo que Cárdenas se equivocó al decirles a los campesinos que debían trabajar colectivamente, cuando ellos estaban acostumbrados a trabajar solos, no resultó muy exitoso, pues ninguno de los colectivos sobrevivió a los nuevos gobiernos".

-¿Ha cambiado el perfil del campesino?- “Estamos en Coahuila, los campesinos de por acá, no son como los campesinos de Chiapas y los de Chiapas no son como los de Veracruz y los afrodescendientes de Guerrero no tienen mucho que ver con los de la montaña de Guerrero que son náhuatl, que son mixtecos. Entonces hay una gran diversidad de campesinos: mestizos en el norte, sobre todo la gente de Chihuahua se parece muy poco a la de Tabasco.”

-¿Su libro es una investigación?- “Es una investigación, te lo planteo en términos más personales, son 100 años de movimientos campesinos postrevolucionarios. Volviendo a leer el libro me doy cuenta que los segundos 50 años, la segunda mitad del libro es mi vida. O sea tengo 50 años más o menos siguiéndoles el paso a los campesinos, de modo que la segunda mitad del libro, la que va de fines de los 60, principios de los 70 del siglo pasado, es mi vida, no son historias de los campesinos, es en parte biográficas. Yo estaba allí, yo estaba en esa marcha, yo estuve en la fundación de esa organización, yo conocí a ese dirigente, es decir hay un involucramiento personal”.

-Sentía empatía hacia el sector campesino...- “Así es, así es, o sea hay una empatía, no es elegir un tema académico, no es que yo decidí que tenía que hacer una tesis de algo y la hice, sino que es algo a lo que yo me acerqué. Ya tenemos 50 años, sigue habiendo empatía, sigue habiendo acercamientos. Sigo tratando de ir a las marchas, se cansa uno un poco más, pero seguimos allí. En ese sentido el libro es una historia de vida y en ese sentido, el libro es un testimonio directo. Hay historias que yo cuento ahí que son cosas que no podrían contar otros porque no estaban”.

-¿Qué hecho de los que vivió le afectó?- No podría seleccionar una de muchas, periodísticamente es una muy buena pregunta, pero para responderla es siempre difícil. Hay un hecho que me impresionó mucho, es el asesinato de un dirigente en 1962. El Ejército asesina a un hombre que se llamaba Rubén Jaramillo. Rubén Jaramillo había sido un campesino morelense que había sido parte del ejército liberador del Sur de Emiliano Zapata, que había luchado junto con Emiliano Zapata, y es de los muchos zapatistas que después del fin de la Revolución, ellos siguen en el activismo siguen promoviendo cosas, promueven la creación de un ingenio cañero-azucarero, está en la justicia social, el reparto de tierras; y tiene conflictos con el gobierno una y otra vez, y lo persiguen y lo quieren matar y él negocia y sigue en la lucha, y por ahí de los años 60, que él había estado muy confrontado con el gobierno, está el gobierno de López Mateos y hay una fotografía donde se abrazan y el presidente de la República, ‘te aseguro que vas a seguir dando tu lucha, vete tranquilo a tu casa’ y unos meses después lo asesinan, no lo asesina cualquiera, lo asesina el Ejército Federal y no solo mata a Rubén Jaramillo, sino que mata a su mujer que estaba embarazada y a sus hijos. Entonces una masacre de ese tamaño, una masacre de un personaje social cuya foto con el presidente de república habíamos visto en las portadas de las revistas unos meses antes. Yo estaba con unos amigos intelectuales, Carlos Monsiváis y con Sergio Pitol comiendo tacos, en eso abrimos el periódico de la tarde, en ese entonces había periódicos vespertinos, quedamos demudados. Eso para mí fue el golpe más fuerte. Otra fue la marcha de los campesinos que venían de toda la república, unos habían recorrido el país caminando o en camión, venían de todos lados, de las costas, habían hecho un enorme esfuerzo, veía uno los rostros cansados. Esta imagen de los campesinos dando una lucha, una batalla es el México profundo, el México de la periferia, de las comunidades indígenas y mestizas que tienen una voluntad de decir aquí estamos y queremos vivir”.

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