Bailarinas saltillenses relatan sus historias en el Día Mundial de la Danza
A Sylvia Dávila, Paulina López, Estefanía García y Diana Gómez las une su amor por la danza; cada una nos cuenta cómo inició su camino en la disciplina y qué significa este arte para ellas.
“No puedo explicarlo. Cuando empiezo a moverme lo olvido todo, y es como si desapareciera y todo mi cuerpo cambiara, como si tuviera fuego dentro. Y me veo volando como un pájaro. Siento como electricidad”. Quizá muchos recuerden esta respuesta tan célebre en la película de Billy Elliot, cuando el jurado de Royal Ballet le pregunta:¿qué sientes cuando bailas?
El Día Internacional de la Danza se celebra el 29 de abril, por esta razón cuatro bailarinas saltillenses nos relatan sus historias:
Sylvia Elena Dávila Arsuaga
Tap
El Tap es de los pocos tipos de baile en el que no solamente se puede seguir la música, sino ser parte del sonido y la melodía que se está bailando, y de esa manera generar un elemento adicional: agregar componentes a la canción.
Hace más de 13 años, Sylvia Elena encontró en el baile una forma de expresar su personalidad, lo que le ha permitido competir en diferentes convenciones nacionales e internacionales, obteniendo las calificaciones más altas; además de participar en el Mundial de Tap en Alemania, siendo esta la competencia de más alto nivel en la que ha participado en su vida.
En el baile no hay gris, o es blanco o es negro. No hay buenos, solo excelentes. Para Sylvia Elena, uno de los aspectos más complicados de ser bailarina de Tap es que existe un alto nivel de escrutinio y exigencia, pues si no están todos los sonidos expuestos, la coreografía está mal.
Con ganas de seguir aprendiendo, ha encontrado un nuevo interés en la improvisación con música en vivo; constantemente asiste a sesiones con bandas de jazz, para en un futuro poder presentarse en diferentes sitios.
Paulina López Jiménez
Hip Hop
Si Paulina tuviera que describir en dos palabras lo que representa el baile para ella, serían: libertad e inclusión. La danza es una expresión de alegría, en donde puede mostrar sus sentimientos y emociones con gran seguridad.
Cuando Paulina baila, se siente realmente incluida en la sociedad, pues convive con cientos de bailarinas que comparten el mismo objetivo: sentir la música. Aquí no existen prejuicios.
Desde los 5 años, Paulina supo que su fuerte era el Hip Hop, así que comenzó por aprender diferentes estilos como el popping y locking. Gracias a su determinación y a sus ganas de no rendirse, ha logrado participar en convenciones nacionales en Cancún, Guadalajara y Querétaro. Asimismo, ha estado en competencias internacionales como la convención de ‘Monsters Dance’ en Chicago y Austin.
Para la bailarina no existen imposibles, y su mayor sueño es algún día convertirse en profesional y poder bailar en escenarios.
Estefanía García García
Jazz
“La seguridad que no te atreves a proyectar en tu vida diaria, tienes la oportunidad de proyectarla en el jazz; es por eso que este estilo de danza me cautiva mucho, porque aquí tienes tu momento de brillar”, narró Estefanía.
Todo comenzó cuando tenía tres años y vio ‘El Lago de los Cisnes’ por televisión. Completamente fascinada, le dijo a su mamá: “Yo quiero bailar como ellas”. Lo demás es historia, 18 años después ha logrado participar y ganar en concursos locales e internacionales, como ‘Sheer Talent’ y ‘Summer Dance Intensive’.
El camino para Estefanía no ha sido fácil, pues considera que encontrar el equilibrio entre una vida dancística y una vida normal no es sencillo, ya que ser bailarina implica ser una persona “extrahumana”. Inconscientemente va llevando la danza a su rutina diaria y, de un momento para otro, se vuelven uno mismo, en donde se complementan.
El motor que la anima e inspira es ella misma, pues no se puede atraer lo que no está dentro de ti, ni se puede exigir lo que no hay en ti. Con esa motivación quiere seguir bailando más, certificándose más, compitiendo más y quizá, en un futuro no muy lejano, poder abrir su propio estudio de danza.
Diana Elisa Gómez González
Ballet
Desde pequeña, Diana es una persona llena de energía y muy inquieta. “Yo empecé a bailar porque en mi casa ya no me aguantaban. De chiquita era muy energética y cuando nació mi hermano, mi mamá consideró que sería buena opción meterme a una academia de baile”, contó la bailarina.
Al principio, Diana no sabía el gran impacto que la danza tendría en su vida; pero ahora que lleva más de 19 años bailando, es consciente de que el Ballet, más que un deporte, es terapia para su vida. Cuando comienza se desconecta de todo, deja a un lado sus problemas y el estrés de su día y solo piensa en bailar.
Su mayor logro como bailarina fue a los 17 años, cuando participó en un concurso en Estados Unidos y ganó el primer lugar en el regional y el cuarto lugar en la nacional. Sin embargo, lograr esto no ha sido fácil. Al ver que sus amigas estaban en otro canal, Diana tuvo que encontrar el balance, pues no dejará la disciplina, pero tampoco su vida personal y social.
La finalidad de Diana es seguir bailando pase lo que pase, y que con su danza pueda inspirar a la gente para cumplir sus sueños de bailar.
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