Ciudad perdida de Gede, una maravilla arqueológica conocida como el “Machu Picchu” de Kenia
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Oculta en un bosque tropical de África del Este se encuentran las ruinas de la ciudad perdida de Gede, considerada una intrigante maravilla arqueológica y que es conocida como el “Machu Picchu” de Kenia.
Esta urbe suajili durante décadas ha desconcertado a los arqueólogos e historiadores debido a la falta de referencias históricas, sin embargo, sus vestigios son una prueban de que albergó una civilización avanzada antes de que fuera abandonada en el siglo XVII.
Está ubicada a pocos kilómetros de las aguas turquesas del océano Índico en el sureste de Kenia, el yacimiento ocupa una pequeña porción de la reserva de Arabuko Sokoke, que es el mayor bosque costero de África oriental.
“Fue una de las ciudades más antiguas establecidas en la costa del Índico. Se empezó (su construcción) en el siglo XII. Llegó a ocupar 45 acres (18 hectáreas), de las que sólo se han excavado 12 acres (unas 5 hectáreas)”, comenta a Efe el guía Hudson Mukoka, al señalar que su población pudo alcanzar unas “tres mil personas”.
Gede, significa “preciosa” en la lengua de los oromos (uno de los pueblos que habitó la urbe).
La tribu mijikenda, que vive actualmente en las inmediaciones, venera desde antaño las ruinas, a las que consideran sagradas y están custodiadas por “Los Ancianos”, espíritus al acecho de intrusos que busquen profanar el lugar.
Gede pasó inadvertida durante siglos hasta la llegada de los colonizadores británicos. Fue hasta 1884 que el explorador John Kirk redescubrió la ciudad, aunque las excavaciones empezaron hasta 1948 y fueron supervisadas por James Kirkman, pionero de la arqueología suajili. Kirkmam se topó con un entorno casi sobrenatural. “Cuando comencé a trabajar en Gede -dijo-, tenía la sensación de que algo o alguien estaba mirando detrás de las murallas, ni hostil ni amistoso, pero esperando a lo que sabía que iba a suceder”.
Gracias a los trabajos de excavación se pudo sacar a la luz una sofisticada ciudad que fue edificada con piedra coralina con calles trazadas dentro de dos murallas concéntricas.
“Este es el gran palacio, que se dividía en dos zonas: una residencia privada y un área de actividades públicas. Al rey le llamaban sultán”, señala Mukoka.
Maravillan también los restos de ocho mezquitas, entre ellas la llamada “gran mezquita”, donde se conservan el minbar (púlpito) y la quibla orientada a la Meca.
También se pueden observar ruinas de casas con baños e inodoros, pilares funerarios ornamentados y hasta un sistema de alcantarillado, obras que tumban estereotipo de que África carecía de desarrollo antes de la invasión colonial europea.
“Los visitantes dicen que (el emplazamiento) se parece a Machu Picchu”, comenta a Efe el Mukoka.
El paleontólogo keniano-estadounidense Chapurukha Kusimba, de la Universidad de South Florida, está realizando excavaciones con ayuda de National Geographic para responder a una pregunta: “¿qué ocurrió realmente?”.
“Una de las cosas que queremos averiguar es si la población de Gede fue víctima de la peste negra”, explica a Efe el profesor Kusimba, quien descubrió en los pozos “literalmente miles de ratas negras”, roedores a los que se culpó de la enfermedad.
A Kusimba también le intriga porque la urbe no consta en documentos históricos, ni siquiera en los mapas de los portugueses, que arribaron a finales del siglo XV a Malindi (a 16 kilómetros de Gede).
De lo que nadie tiene dudas es que fue la ciudad fue un relevante y próspero centro de intercambio comercial en el océano Índico. Los arqueólogos desenterraron monedas de China, cuentas de Venecia (Italia), lámparas de hierro de India. “Esto es una prueba de que (Gede) comerciaba con pueblos de distintos países. Los objetos hallados indican que la ciudad alcanzó su cenit entre los siglos XV y XVI”, explica Kusimba.
Con información de la Agencia EFE.