Gonzalo Lizardo combina el esoterismo y la historia de México en nueva novela e inaugura exposición en Saltillo
La alquimia, la historia y la imaginación se fusionaron por medio de la literatura y la pintura con las dos propuestas que trajo el creador zacatecano al Centro Cultural Vito Alessio Robles
El pasado jueves el Centro Cultural Vito Alessio Robles recibió la obra de un artista que se mueve en los lindes de lo concreto y lo esotérico, pero lo hace desde la palabra y desde la imagen.
El trabajo del artista y escritor zacatecano Gonzalo Lizardo llegó a Saltillo en este recinto con la presentación de su novela “El rito del poder” (Martínez Roca, 2024) y la exposición “IconOstasis”, el primero de los cuales inició una velada que llevó a imaginar una historia alternativa de México.
Con comentarios del escritor y editor Valdemar Ayala, el historiador Carlos Recio y el propio autor, el público tuvo un acercamiento a esta novela de misterio que parte el asesinato de Luis Donaldo Colosio en 1994 para crear una intriga donde el esoterismo toma parte en las decisiones políticas del país.
Durante la presentación de este libro —disponible en las principales librerías y plataformas de México— se habló sobre la calidad literaria del texto, la construcción de sus personajes y los orígenes de la idea, que desciende de su novela “Memorias de un basilisco” (Martínez Roca, 2020), que ocurre en el siglo 17 a partir de la figura de Guillén Lombardo “el Basilisco”.
Alquimia al acrílico
Al terminar la presentación los asistentes asistieron a la inauguración de la muestra pinturas al acrílico “IconOstasis”, que se revela como una amalgama de secretos, en complejas composiciones de figuras alquímicas, cargadas de significado a la espera de ser descifrados.
“Yo había dejado de pintar durante mucho tiempo porque me había dedicado a la escritura, pero las investigaciones que hago para escribir mis novelas me llevaron a esta época tan chingona que es el Renacimiento, donde surge la modernidad pero también surge una simbología mágica y esotérica, en general simbólica, que me motivaron a volver a pintar”, compartió el arista para VANGUARDIA.

Su interés por el símbolo queda plasmado en la forma y el fondo de sus obras. Paisajes retorcidos, arquitecturas casi escherianas, además del contraste entre abstracción y naturalismo crean imágenes que solicitan una inspección detallada del público para descubrir el significado de los símbolos, las quimeras, los rebis, manos, alas, cráneos y demás elementos que las componen.
“Yo quería hacer una pintura donde cada centímetro del cuadro fuera significativo”, mencionó, “primero está el fondo, luego la forma y al final el color y los detalles. Eso detonó este nuevo barroco, porque no creo que lo mío sea barroco, sino nuevo barroco. La diferencia es que ese está centrado en los símbolos religiosos y yo quería uno con símbolos abstractos”.
Tanto en la presentación del libro como en el recorrido por la muestra Lizardo habló sobre cómo utiliza símbolos del esoterismo —que define como “la creencia de que más allá de las creencias hay una verdad profunda”— a pesar de considerarse una persona escéptica.

“Nuestros sentidos están muy limitados, solo podemos ver ciertas cosas, solo podemos tocar tanto, y es verdad que detrás de eso hay muchas cosas ocultas. Entonces yo creo en el esoterismo de esa manera. Un procedimiento para indagar en el interior de las cosas. Cuando lees el tarot lo que hace es auscultar tu interior y eso me parece fundamental. Para mí pintar es una especie de ceremonia, donde agarro elementos de mi memoria e imaginación para hacerlos exteriores”, señaló.
Asimismo reflexionó sobre las dos dimensiones en las que trabaja el símbolo: el espacio (la pintura) y el tiempo (la literatura): “El cuadro es un espacio donde tengo que poner elementos para que sean significativos y cuando escribo lo importante es el tiempo, el espacio es una alusión, conforme leemos pasa tiempo para nosotros y la historia”, dijo.
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“Yo creo que todos deberíamos tener nuestras propias ceremonias. Un alumno me preguntaba que cómo le hacía para tener más disciplina en el estudio y es muy fácil: convierte la disciplina en ritual. La disciplina es como un castigo, algo que te fuerzas y un ritual es algo que tú mismo deseas, con un fin tal vez difuso pero cierto”, agregó.
La muestra pictórica que llega desde la Galería Irma Valerio de Zacatecas se encuentra abierta hasta el mes de junio y cuenta con algunas piezas disponibles para su compra.
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