Cate Blanchett del teatro al cine para deslumbrar al mundo; ¿en camino por otro Oscar?

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/ 4 octubre 2022

No logró adaptarse a Hollywood y dejando las raíces internacionales, volvió a mudarse con la familia a Australia, volviendo sólo para filmar las producciones que más le interesa, como ‘Tár’

La alfombra roja del Festival Internacional de Venecia, ya había acaparado los flashes de la ciudad, cuando Cate Blanchett voló especialmente desde Australia para presentarse en el estreno mundial de ‘Tár’, donde ganó el premio como Mejor Actriz. Y del otro lado del Océano, antes de otro estreno en la sala del nuevo Museo del Oscar como la fiel posibilidad de una nueva nominación (que sería la séptima) aceptó hablar sobre las intimidades del rodaje que la vuelven a señalar como una de la más famosas estrellas internacionales, con cierto parecido a la ficción de su personaje.

¿A la hora de interpretar un personaje como Tár, es más fácil entender a una mujer importante y famosa en su trabajo, siendo tan importante y famosa, en la realidad?

En cierta forma, probablemente, todos los personajes son seres humanos. No tengo que ser concertista ni la conductora de la más grande orquesta del mundo para experimentar lo que siente una persona. El personaje también tuvo bastante variedad en su carrera y cuando piensas en los dos extremos de su experiencia... así es la vida. El truco o la dificultad pasa por desarrollar el lado psicológico entre los dos extremos del comienzo y el final.

¿Y el lado de ser hoy una mujer con tanto poder en el cine? ¿A nivel personal se notan los cambios de los dos extremos de tu vida?

Digamos que el panorama cambió bastante. En la época en que yo entré al negocio del cine, hace muchísimo tiempo, había una forma de pensar muy extraña. Yo había trabajado en teatro y nunca había soñado con tener una carrera en el mundo del cine. Me acuerdo cuando mi esposo me dijo, en una forma increíble de apoyo “Disfrutalo bebé, con suerte vas a trabajar cinco años” y eso era la pura verdad para las mujeres. Hay mucha gente que ha cambiado ese panorama, no solo para las mujeres, también los actores más famosos que se atrevieron a empujar los límites, aceptando ciertas oportunidades de roles menores, para que esos roles terminen siendo también grandes y muy importantes.

Habiendo ganado dos premios Oscar con el acento norteamericano de ‘Blue Jasmine’ o Katharine Hepburn en ‘The Aviator’ además del acento británico de la Reina Isabel donde fue nominada otras dos veces (con ‘Elizabeth’ en 1999 y ‘Elizabeth, The Golden Age’ en el 2008), es mucho más fácil reconocer personalmente a Cate Blanchett con su verdadera australiana forma de hablar, teniendo en cuenta que nació en Melbourne, el 14 de Mayo de 1969 con el nombre completo de Catherine Elise Blanchett.

El destino internacional ya lo había experimentado desde el principio, cuando en medio de un viaje por Egipto, experimentó con la actuación por primera vez. Tenía 18 años y por pura casualidad, otro huésped del mismo hotel la había invitado a participar como extra en una película. Al día siguiente, apareció como parte del público en la escena de una pelea entre un boxeador norteamericano y un egipcio. Para cuando volvió a Australia, Cate decidió inscribirse en la Universidad Methodist Ladies College donde incluso lideró el equipo de teatro local. A los 23 años también se graduó del Instituto Dramático de Arte Nacional, para formar parte de la compañía local de teatro con la producción de Caryl Churchill ‘Top Girls’, donde después ganó el premio revelación en 1993 por su interpretación en ‘Kafka Dances’.

Con Glenn Close ya había filmado la película ‘Paradise Road’ y al lado de Ralph Finnes protagonizó ‘Oscar and Lucinda’, enseguida antes de abrir las puertas de la primera nominación al Oscar por aquel clásico personaje de ‘Elizabeth’. Sin saberlo, Cate realmente estaba embarazada del primer hijo Dashiell John (5) cuando interpretó a la periodista embarazada en ‘The Life Aquatic with Steve Zissou’. Y ya se había comprometido para personificar a Anna en la película ‘Closer’ cuando Julia Roberts terminó reemplazándola porque Cate Blanchett volvió a quedar embarazada del segundo hijo, Roman Robert (3). Por ese mismo embarazo, también tuvo que dejar de lado la película ‘The Merchant of Venice’ con Al Pacino y entre otras producciones, durante la misma época, había sido considerada para otros personajes como Clarice Starling en Hannibal (Jodie Foster) y Jane Smith en ‘Mr & Mrs Smith’ (mucho antes que Angelina Jolie), antes de ganar el Oscar como Mejor Actriz por la fabulosa interpretación de Katharine Hepburn en ‘The Aviator’ o al lado de Woody Allen en ‘Blue Jasmine’.

A pesar de la fama y los premios, Cate Blanchett no logró adaptarse a Hollywood y dejando las raíces internacionales, volvió a mudarse con la familia a Australia, desde donde también dirige la Compañía de Teatro Sydney, alejándose solo para filmar las producciones que más le interesa, como ‘Tár’.

¿La fama te cambió en algo?

Y... todavía estoy en el proceso de convertirme en quien soy yo. Quiero decir que nunca pensé que mi identidad fuera algo estático. Evolucionamos constantemente. Es lo más maravilloso que tenemos los seres humanos: la habilidad de cambiar individual o colectivamente. Y es también la esperanza que yo tengo sobre el futuro del planeta, porque creo que podemos cambiar el rumbo en que nos dirigimos.

¿Qué tan diferente es el hecho de ser una mujer poderosa en la realidad, en comparación con la ficción de tu personaje?

La dinámica del poder no es tan diferente cuando se trabaja con gente, en cualquier contexto. Es algo muy pero muy íntimo. Y yo he tenido la clase de intimidad con gente que me traicionó o me vendió al mejor postor. Por supuesto me sentí decepcionada. No fui la asistente personal de nadie, aunque a veces siento que yo soy mi propia asistente personal, desde hace 14 años. Pero también tengo un trabajo muy particular. Sin embargo, no importa el negocio en que trabajes, la discreción es todo. Y en ese sentido creo que la confianza es primordial para cualquier relación. La confianza es realmente importante en cualquier proceso creativo, en cualquier relación, ya sea personal o profesional. Y cuando se rompe la confianza, hay gente que puede perdonar y otras no. Todo depende la forma en que crecimos o las circunstancias en que sucede todo. Pero para confiar, la gente tiene que tener fe. Es por eso que perdonar es bastante difícil.

Escrita y dirigida por el mismo Todd Field de ‘In The Bedroom’ y ‘Little Children’, Cate Blanchett interpreta a una famosa compositora y conductora de la música clásica llamada Lydia ‘Tár’ (con acento en la á, como en el título de la película), con el agregado de ser la primera mujer en conducir la orquesta alemana más importante. Y aunque el personaje sea ficticio, hasta el mismo director confirmó que había escrito el guion pensando exclusivamente en la protagonista, Cate Blanchett, asegurando que jamás la hubiera filmado, si ella no hubiera aceptado.

¿Cómo reaccionaste al saber que el director Todd Field escribió el guion de ‘Tár’ con la única condición de que fueras la protagonista?

Fue fascinante trabajar con Todd (Field). Él insiste en remarcar los elementos de que ella cumpla 50 años y en cierta forma me hizo sentir la presencia del fantasma de Tár, durante todo el rodaje. Es por eso que es tan buen director.

¿Qué te dijo para convencerte?

Sé que es un momento muy especial y racional para él, dejar su casa para salir a hacer cine. Su marca registrada son las historias profundamente humanas. Y la invitación pasó por ser como una mosca en la pared, sobre la forma en que se maneja la intimidad de una persona. Y desde que leí la primera página, la primera sílaba del guion, me pareció algo hermoso y realmente complejo.

¿Podríamos decir que ‘Tár’ entra dentro del género del cine de terror?

Resulta interesante usar la palabra ‘terror’. A ella definitivamente la persigue alguien o algo de su pasado. No quiero revelar el final, pero para alguien que definitivamente guarda el pasado adentro de una caja y trató de reinventarse con gran talento para cambiar por la música... hay algo que la obsesiona. Y son los grandes elementos de esta película. Supongo que para alguien que llegó hasta la cima a nivel profesional, como artista y como ser humano sabe que el único paso siguiente es bajar y eso necesita un enorme coraje. Eso, tal vez, pueda ser el terror del que estás hablando.

¿Y cómo fue la preparación para un personaje que muchas veces se muestra como una mujer fuerte, pero a veces también es muy débil?

La experiencia resultó ser todo un proceso que fue evolucionando, cambiando, todo el tiempo. Lo único que no cambió es sentir que era una persona alejada de sí misma.

¿No resulta extraño interpretar a la única mujer directora de orquesta en Alemania, cuando en la realidad no existe ninguna mujer así... todavía?

Es un cuento de hadas en muchos sentidos por aquel hecho de que no haya una conductora de orquesta alemana en ninguna parte del mundo. Es una estructura muy política y patriarcal, donde se cree que la mujer solo puede conducir música romántica. Por suerte el panorama está cambiando pero necesitamos seguir debatiendo para cambiar y normalizar el arte en una forma mucho más saludable. Ni siquiera me di cuenta lo importante que podía ser el cine en este sentido, pero nunca me quedaron dudas del factor humano.

¿Y el lado humano de interpretar otra vez a una mujer gay, desde que protagonizaste ‘Carol’ con Rooney Mara?

Creo que es importante a nivel social mantener la homogeneidad, porque me preocupa la palabra importante en el mundo del arte. Yo no veo la práctica artística como una herramienta educacional. La gente puede disgustarse o sentirse ofendida como también inspirarse. Pero es algo que esta fuera de nuestro control. Yo siento que es algo urgente que no se puede negar, pero extrañamente yo no me fije en el género de los personajes ni la sexualidad, para nada. Y es lo que tanto amo de esta película, porque es un retrato humano.

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¿Se nota el cambio humano de la sociedad, en ese sentido?

Supongo que a lo mejor maduramos lo suficiente como especie y hoy podemos ver un estilo de cine así, sin convertirlo en el gran titular de la noticia. Eso, me encanta.

¿Molesta la comparación con tu otro personaje de ‘Carol’ solo por el hecho de haber interpretado una mujer gay, en otra época?

En relación con ‘Carol’, cuando la filmamos, ahora que lo recuerdo, no se había hecho ningún estilo de cine así. Era la primera historia donde una mujer que amaba a otra mujer no se suicidaba ni se terminaba con otro hombre. Pero en el momento en que filmábamos ‘Carol’, no me di cuenta lo importante que iba a ser para cierta gente. Y esta vez, hay muchos más temas en la historia que solo forma parte de la textura, porque transcurre también en la época que vivimos y se ve por gente que vive en nuestra época. Por eso es que tampoco resulta tan explosivo. Es algo mucho más existencial.

¿Qué opinas entonces sobre la eterna búsqueda de igualdad de género en Hollywood?

Es interesante porque también hoy contamos con hombres que impulsan el cambio, aunque no entiendo cómo es que a la hora de hablar de la mujer en el cine, se destaca cuando se habla de mujeres fuertes, cuando simplemente quieren resaltar que impactan con la narrativa, sin ninguna fuerza de músculos que puedan levantar elefantes, aunque puedan hacerlo. Pero todavía sigue siendo difícil que los hombres acepten interpretar en Hollywood roles secundarios que las mujeres siempre estuvimos felices de aceptar, si la historia y el director son buenos.

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