Contra todo, Ángel Romero hace justicia al Concierto de Aranjuez, en el Festival Internacional de Guitarra
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El segundo movimiento, el más representativo del Concierto de Aranjuez fue el único que se interpretó, debido a una lesión que sufrió horas antes el guitarrista español
El Concierto de Aranjuez de Joaquin Rodrigo escrito en 1939 es una de las obras para guitarra y orquesta más fascinantes de la historia. La pieza está inspirada en el Palacio Real de Aranjuez, una de las residencias de la familia real española, situada en Madrid, España, especialmente en sus jardines, los cuales cautivaron e inspiraron al compositor para crear la que es su obra más famosa y por la que ganó un lugar en la historia de la música clásica y el titulo de Marqués de los jardines de Aranjuez.
El sábado 9 de julio, el Festival Internacional de Guitarra de México con sede en Saltillo llegó a su final luego de dos semanas de conferencias, master class y conciertos. Y qué mejor que elegir la conocida obra de Joaquin Rodrigo para cerrar con broche de oro. Ángel Romero, guitarrista, director de orquesta y ex-miembro del cuarteto de guitarra español “Los Romeros” fue el invitado de la noche para interpretar el famoso concierto en el Teatro de la Ciudad.
La Orquesta Filarmónica del Desierto dirigida por Natanael Espinoza lo acompañó en esta travesía, no sin antes tocar por primera vez el Son Sinfónico creado por el saltillense Uriel Alberto Rodriguez Rivera.
Cuando Romero salió al escenario las miradas y las luces se concentraron en el famoso guitarrista y también en su colorida camisa que destacaba frente al atuendo negro de la orquesta. El músico acomodó su guitarra y el sonido de la primera cuerda destacó notablemente. A menudo creemos que uno de los instrumentos más arraigados en la cultura mexicana: la guitarra, tiene un sonido suave y, por decirlo de alguna manera, “romántico”, pero esto no es así en el Concierto de Aranjuez; la guitarra nunca queda diluida a lo largo de la obra y esta se confronta con toda la orquesta.
El segundo movimiento, el más representativo de la obra musical, fue el único que se interpretó en esta ocasión. Este era el más importante para Joaquin Rodrigo y los demás eran “relleno”; así lo aseguraba su autor, confesó Romero, quien debido a un accidente pocas horas antes del evento no pudo tocar la obra completa.
“Yo estrené el Concierto de Aranjuez cuando tenía 19 años con la Filarmónica de Los Angeles, pero lo que ha pasado hoy cuando estaba en la alberca e iba a subir a mi habitación es que tropecé con un escalón, di una vuelta y me topé el dedo completamente, así que lo iba a cancelar, el concierto, pero yo dije, no, yo quiero mucho al público de Saltillo y por ello algunos movimientos donde se usa mucho ese dedo no los he podido lograr”, relató el compositor.
“Pero cuando vuelva a Saltillo lo que voy a hacer es quedarme en el piso bajo y ponerme otros zapatos y afeitarme la barba, porque yo creo que la barba me quitó la visión”, dijo en tono de broma.
Con el dedo lastimado o no, el guitarrista no dejó a los presentes con nada que desear. Los aplausos por varios minutos fueron la prueba de ello y de que el Festival Internacional de Guitarra de México a pesar de tener 26 años de llevarse a cabo sigue siendo uno de los eventos culturales más exitosos.
“La historia de este festival siempre ha marcado por traer lo mejor de la guitarra en todas sus facetas, la guitarra clásica, la guitarra flamenca, la guitarra popular, jazz y blues. Han venido los mejores guitarristas del mundo y siempre hemos tratado de conservar el nivel que lo ha caracterizado desde el principio, en esta ocasión decidimos destacar a nuestros talentos locales, lo cual es muy importante ya que son extraordinarios”, señaló a VANGUARDIA Martín Madrigal, director del festival, al finalizar el concierto.