CORTE Y QUEDA
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Cómo ser un Latin Lover
En Hollywood el término de “Latin Lover” se impuso desde la época del cine silente tanto por el actor de origen italiano Rodolfo Valentino como el mexicano Ramón Novarro, entre otros.
Ya en el Hollywood sonoro fueron algunos de los espectaculares musicales de la MGM los que se aprovecharon de la fascinación particularmente del público femenino por el porte de galanes latinos como el cubano César Romero o el mexicano criado en Coahuila Ricardo Montalbán, entre otros, para terminar el siglo XX con la irrupción de uno de los más recientes Latin Lovers de la Meca del Cine como el español Antonio Banderas a partir de su personaje protagónico en “Pistolero”, de Robert Rodríguez, filmada a mediados de la década de los 90 en la frontera de nuestro estado.
La razón por la que hablamos del término “Latin Lover” y la común acepción del término a partir precisamente de la tradición hollywoodense es que hoy se estrena en los cines de México la muy promovida “Cómo ser un Latin Lover”, de Ken Marino (director de series como “Los Goldbergs”), el primer vehículo protagónico de nuestro compatriota Eugenio Derbez después de su exitoso debut como director y protagonista en “No se aceptan devoluciones”, del 2013 y que justo por los antecedentes del actor mexicano más de comediante que de galán de película uno ya tiene una idea de entrada del tipo de cinta que va a ver.
Sin embargo, el detonador de la historia de “Cómo ser un Latin Lover” es una tragedia que vive el pequeño Máximo (Noel Carabaza) cuando al morir su padre trailero en un accidente corrobora la teoría que defiende ante su hermana menor Sara (Manelly Zepeda) de que el trabajo “mata” por lo que siendo un joven de 22 años (Vadhir Derbez) no duda ni un instante en conquistar a una anciana millonaria siendo su gigoló.
Los años pasan, y justo cuando el Máximo de 46 años (Eugenio Derbez) espera que su anciana compañera no despierte del lecho que comparten, un gigoló más joven (Michael Cera) la conquista y lo deja literalmente en la calle y sin lugar a donde ir fuera de la casa de su hermana Sara (Salma Hayek), quien a diferencia de él ha hecho una carrera de arquitecta y una familia, aunque ha quedado viuda con un hijo, Hugo (Raphael Alejandro) de quien Máximo se vale para seguir su carrera como gigoló al intentar conquistar a una adinerada viuda (Raquel Welch), abuela de Arden (McKenna Grace, de la próxima a estrenarse “Un don excepcional”) que le “mueve el tapete” a su sobrino y aprovecha con ello para “educarlo” para conquistarla con sus habilidades de gigoló.
Si bien “Cómo ser un Latin Lover” pudo haber jugado todavía más con el mencionado estereotipo cinematográfico del “Latin Lover” por donde tenía como comedia más potencial, no deja de provocar varias carcajadas sobre todo al contraponer el estereotipo del gigoló mantenido con el de la mexicana trabajadora y con deseos de superación que interpreta Salma Hayek, cuya química con Derbez es lo que más chispas saca en la película como puede verse inclusive en los “bloopers” o equivocaciones que tuvieron a lo largo de la filmación en los créditos finales. Además, se vale de más parodias “retro” en la tradición de “Gigoló americano” (1980), con Richard Gere, que de “Gigoló por Accidente” (1999) con Rob Schneider, y eso ya en sí se agradece y es ganancia.
Comentarios a: alfredogalindo@hotmail.com, Twitter: @AlfredoGalindo