'La Ruta de la Trata': Un vistazo al mundo que no nos atrevemos a mirar

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/ 30 julio 2020

La serie producida por Icon Rizoma y llevada a cabo por Marilú Rasso y Héctor Ortega, nos enfrenta con las historias de mujeres víctimas de trata y con este delito que parecería ajeno a nuestro día a día

Para filmar “La ruta de la trata” Marilú Rasso y Héctor Ortega no tuvieron que meterse a grabar en cuevas, en edificios ocultos, desde la clandestinidad o protegidos por la noche. No. Las historias de esta serie documental fueron grabadas a plena luz del día en ambientes cotidianos de México.

Esta producción de Icon Rizoma, que se estrena este jueves 30 de julio por Canal 14 a las 21:00 horas y que podrás encontrar también por Canal 22 los lunes y en streaming, pretende generar una reflexión sobre el tema de la trata de personas como una problemática que no es tan ajena a nuestro día a día como lo parece y del cual todos somos víctimas potenciales.

En entrevista con VMÁS a través de Zoom, Rasso y Ortega nos contaron sobre el proceso de producción de la serie así como de los aprendizajes que obtuvieron durante la filmación e investigación de este proyecto que inició en 2017 y comenzó sus grabaciones en enero de este año.

Ambos participaron en la realización de la serie documental “La mujer revelada” que abordó el tema de la violencia estructural contra las mujeres, espacio en el que comenzaron a adentrarse en lo relativo a la trata de mujeres, además de lo que la propia Rasso ha conocido en su experiencia de trabajo en atención a víctimas de este delito.

“Tuve experiencia de trabajo hace 11 años y eso cambió la forma en que veía el fenómeno de la trata de personas, que normalmente se asocia a la explotación sexual y ese es uno de los fines más recurrentes, sin embargo no es la única, también existen otras finalidades como el trabajo forzado o en condiciones de esclavitud, con jornaleras y jornaleros agrícolas, las trabajadoras del hogar […] y las personas en contexto de migración”, explicó Rasso.

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La trata, recalcó durante la entrevista, es un fenómeno complejo que consta de tres etapas; la primera es la que tiene que ver con el enganche, la seducción de la víctima; la segunda es el traslado y la última es la entrega y la explotación en sí de la persona.

Nos encontramos ante un situación donde se ven involucradas muchas personas, algunas de las cuales ni siquiera se conocen entre sí, como parte del segundo negocio ilícito que deja más ganancias en el mundo, lo que lo vuelve además un problema transnacional.

“Es importante entender que las personas víctimas de trata no están encadenadas o con una pistola apuntándoles, es mucho más sofisticado y más difícil de detectar y de prevenir”, continuó Rasso, “lo que hacen quienes enganchan es identificar cuáles son las vulnerabilidades de las personas y cuáles son los sueños de las personas, y a través de la manipulación sofisticada lo que hacen es hacerlas sentir partícipes y responsables, generando una culpa muy grande y una sensación de deuda enorme”.

Este sistema de manipulación, mencionan, hace que virtualmente todos seamos potenciales víctimas de trata.

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“Normalmente se piensa que las víctimas de trata son personas que no tuvieron la capacidad de ver, porque no tenían conocimientos, no tenían educación y no es así, lo que pasa es que a través de una estrategia muy sofisticada fueron engañadas”, agregó.

Para Rasso la experiencia le permitió comprobar la fortaleza de las personas sobrevivientes de trata con las que conversaron para el documental, además de una cuestión controversial: “sin consumidor no hay trata”.

“Pareciera un grupo de malos y que nosotros que somos los buenos de la sociedad y no tenemos nada que ver”, expresó la también activista, “las entrevistas las hicimos en parques, en calles, a la luz del día, es un fenómeno que está entre nosotros”.

Por su parte Ortega señaló que quienes pudieron salir de esta red fueron no solo por pura fuerza de voluntad, sino también por suerte, pues “hay gente que intenta y no puede. Ellos y ellas tuvieron la suerte de poder salir”.

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Si bien en el documental podremos conocer lo que funcionarios públicos y organizaciones civiles están haciendo para atender esta problemática recalcan que su objetivo es “poder detonar una reflexión, informar adecuadamente de qué se trata y que nos ayude a darnos cuenta de la normalización de muchos violencias y la precarización económica y laboral, en la que la gente no se pregunta (por ejemplo) porqué se están contratando jornaleras y jornaleros con un salario tan bajo, sin condiciones laborales adecuadas”, agregó Rasso.

A pesar del panorama pesimista señalaron que entre las personas que han conocido el proyecto han descubierto mucho interés por que se haga algo al respecto y aunque hay acciones los resultados positivos son difíciles de lograr, además de quienes opinan lo necesario que es hablar del asunto.

Tanto para Rasso como para Ortega es importante el que las personas se hagan las preguntas incómodas que revelan la existencia de las redes de trata en nuestro día.

“¿Vamos a seguir sosteniendo un sistema que abusa de las personas para proveer a los demás de lo que necesitamos?”, se pregunta Rasso y por su parte Ortega reflexiona sobre el rol de los hombres en la perpetuación violencia de género.

“De repente pensamos que la prostitución es un problema de las mujeres, o la violencia de género, y ahí estamos discutiendo que se hagan marchas o no se hagan marchas pero no reparamos nosotros los hombres que los que estamos provocando esta violencia somos nosotros”, expresó el realizador.

“Hay hombres que dicen yo he preguntado en el teibol o la chava con la que estoy si ella está ahí porque quieren y evidentemente van a decir que están ahí porque quieren y como tú no las ves, con esposas ni nada, supones que así es”, añadió Rasso, “son una serie de preguntas incómodas y preferimos no hacerlas, porque ahí sí hay una responsabilidad”.

“Al final creo que son preguntas que vale la pena hacerse porque no lastiman nada más a unas personas, sino que nos lastiman a todos”, concluyó.

“La ruta de la trata” consta de 8 capítulos grabados en Tijuana, Tapachula, Guerrero, Puebla, el Estado de México, Tlaxcala y la Ciudad de México.

Puedes ver esta serie documental todos los jueves por el Canal 14 a las 21:00 horas y por el Canal 22 los lunes a las 21:30 horas, así como en el servicio en línea de este último, donde se irán subiendo eventualmente los capítulos.

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