'Tanta carne y en Cuaresma': Expo Sexo y Erotismo en la CDMX
Actrices porno hicieron realidad las fantasías de decenas de caballeros en el Palacio de los Deportes
CDMX.- El Palacio de los Deportes se convirtió en una caldera donde los ímpetus, las fantasías y la debilidad por la carne se conjugaron durante tres días para dar vida a la Expo Sexo y Erotismo 2017.
Desde que se hizo el anuncio se había generado mucha expectativa, dado que la edición anterior, a pesar de la gran convocatoria, el evento estuvo desangelado por lo que este año, se iban a sacar 'la espinita'.
Y así lo hicieron. Actrices porno como Johanna González, Janeth “La Prima”, Eva Davai, Paula Ramos y Elizabeth Márquez provocaron juntas un ‘terremoto’ sobre los tres escenarios principales, durante los tres días.
Un cuarto entarimado aguardó el asombro y el deseo a la vez: cuatro actrices transexuales alborotaron el ambiente, todos pedían fotos con ellas. Y es que en esto del placer y del sentir, no importa lo que seas, lo que importa es lo que eres capaz de provocar.
O al menos eso quedó claro en esta convención que ya se ha vuelto tradición en la ciudad de México.
Sus voces gruesas no fueron impedimento. Se olvidaba. De su show de “perreo”, todos pedían una probadita cuerpo a cuerpo.
Pero la presentación de Johannita fue la que más espectadores, por lo que tuvo mucho éxito. Su llamado “buffet humano”, sin precedentes, atrajo tanto a hombres como a mujeres. Sin duda fue el show más extremo que pudo verse, sentirse, vivirse, en este atascón de placer y carne.
El atascón de placer De antemano, su bien torneada figura ya invitaba a llenarse de pensamientos con lujuria. Sus grandes muslos aprisionaban el respiro de los presentes mientras la música hacía que ella viajara al mundo de la sensualidad.
La primer canción se fue como un suspiro, pero lo mejor estaba por venir: una melodía sensual y unas luces que iluminaban sus grandes caderas, mientras que caía lentamente su atuendo: lencería que hasta hizo estallar un “ahhhh” de exclamación.
De pronto ella se quitó la parte superior de su prenda, donde dejó ver sus grandes senos, cubiertos por una cinta en forma de estrella.
Y para cerrar con broche de oro, cuando se pensaba que no se despojaría de su tanga, le dijo adiós, quedando semidesnuda. Por otra parte, los vendedores hicieron su agosto, desde tangas, brassieres, juguetes eróticos y exóticos, así como afrodisíacos.
También hubo venta de playeras, máscaras de luchadores y antifaces, para quienes no quisieron ser reconocidos o porque quisieron darle un toque de misticismo a su personalidad.
Con información de El Gráfico y El Universal