Tinder para ir a cenar, la otra estafa más común de la app de citas

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/ 9 febrero 2022

La aplicación de citas es utilizada para cometer diferentes tipos de timos, como tener una deliciosa comida o cena gratuita

Parte del éxito de Tinder es que es una aplicación que promete encontrarte el amor en un radio cercano a ti, si hacen ‘match’, entonces todo será miel sobre hojuelas... o es lo que uno imaginaría, pero no.

Aunque lo triste de estas situaciones es que mucha gente se anima a integrarse al catálogo de solteros disponibles en la aplicación con una finalidad muy desagradable: cenar gratis.

Incluso existe un nombre para este tipo de farsa en particular, ‘foodie calls’. Es decir, acudir a una cita solo para comer de gratis. Un estudio realizado a mujeres por Sage Journals, demuestra que entre el 23% y el 33% de las encuestadas lo ha hecho una vez en su vida.

¿Qué dice la investigación?

El estudio hecho por Sage Journals lo realizaron un grupo de psicólogos, quienes al final detallaron que estas prácticas escasamente éticas las realizan tanto hombres como mujeres, tanto heterosexuales como homosexuales, aunque en esta indagación se abocaron analizar a mujeres heterosexuales.

Un caso para reflexionar

Cuando Olivia Balsinger se mudó por primera vez a Nueva York después de graduarse en la universidad en 2014, quería experimentar Manhattan al estilo “Sexo en Nueva York”. Sin embargo, al igual que muchos millennials que trabajan en oficinas de nivel básico, estaba limitada por un presupuesto reducido.

“Tenía un trabajo que apenas me permitía pagar el alquiler”, relató Balsinger, que ahora tiene 24 años y vive en el East Village, a The Post.

Ir a buenos restaurantes estaba descartado. “Apenas tenía dinero para ir a una buena tienda de comestibles”, dice.

Así que en lugar de limitarse a arroz y frijoles, Balsinger se lanzó a probar en serio la sugerencia humorística de una amiga: Conocer a hombres en Tinder con el único propósito de conseguir comidas gratis.

$!Olivia Balsinger, una chica que ha contado su experiencia como ‘Foodie Call’.

Pronto, Balsinger salía con hombres hasta dos veces a la semana para tener citas impulsadas por la alimentación en bares y restaurantes caros, como el Roof at Park South en Kips Bay.

“Quieres disfrutar de la ciudad, pero no quieres desperdiciar dos horas de tu sueldo en comer fuera”, dice. “Así que es bastante fácil decir que sí si alguien te ofrece salir”.

En la entrevista, Balsigner recordó la ocasión en que un treintañero europeo la invitó al famoso restaurante de marisco Catch, en el Meatpacking District, donde platos como el sashimi de trufa cuestan 29 dólares.

Balsinger admite que no sentía ninguna atracción por su cita. Lo eligió simplemente porque parecía exitoso y “solitario”, dos factores que sugieren que estaría encantado de pagar por su compañía.

“Sólo puedo imaginar lo que costó: probablemente, como un mes de sueldo de mi trabajo”, dice sobre la cena de cinco platos que saboreó esa noche.

Cuando llegó la cuenta, tanteó tímidamente su cartera en un intento fingido de pagar su mitad de la comida. Como era de esperar, su pareja se hizo cargo de la cuenta.

Ella y el hombre con quien salió en aquella ocasión, no se volvieron a ver.

‘Foodie calls’, triunfo fallido de las apps de citas

Con el auge de las aplicaciones de citas, nunca fue tan sencillo elegir hacer una ‘foodie call’ y disfrutar de una comida o cena gratuita. Según la aplicación de encuestas para millennials Winq, en una encuesta exclusiva para The Post, el 44% de las mujeres jóvenes las han hecho “porque, por qué no, es una comida gratis”, incluso si no se sentían atraídas por la persona.

Para los solteros que tienen que pagar la cuenta, el costo económico es considerable. De media, los neoyorquinos gastan 2mil 069 dólares al año en citas, según una encuesta de Match de 2016.

Incluso los famosos han participado en esta práctica

Yvonne Orji, estrella de la serie de HBO “Insecure”, dijo en julio a Los Angeles Times que solía tener citas por comida gratis antes de conseguir su gran oportunidad.

“Solía hacer ‘foodie calls’. Sé que es malo”, dijo al periódico. “Una ‘foodie call’ es cuando no estás necesariamente interesada en el chico, pero también estás muy interesada en comer esa noche - y los tiempos son difíciles”.

Así las cosas.

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