Lucy Letby, de 33 años, no estuvo presente porque se le ordenó pasar el resto de su vida tras las rejas, la sentencia más severa posible, según la ley británica
El jurado deliberó durante 22 días antes de concluir que Letby perjudicó deliberadamente a los niños vulnerables al inyectarles aire en el torrente sanguíneo, envenenarlos con insulina y administrarles aire o leche en el estómago