Mientras sigamos siendo desordenados, desvinculados con el medio ambiente e indiferentes al sufrimiento animal, continuaremos siendo unos jodidos subdesarrollados
Tanto dignidad como entereza son valores éticos irremplazables. No hay medias tintas: se tienen o no se tienen. Ambas cualidades se absorben en casa y se fortalecen en el correr de la vida.