Las empresas creadoras de las neurotecnologías tienen acceso a los registros de la actividad cerebral de los usuarios, es decir, las señales eléctricas que generan nuestros pensamientos, sentimientos e intenciones
Esperemos que ya muchos no estemos conviviendo en futuras épocas en que la telepatía abra ventanas en la intimidad mental, cancelando así el último reducto de la privacidad