Teléfonos desprivatizados
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Repartían el libro gordo.
Con muchos nombres, direcciones y teléfonos.
Con sus páginas amarillas en que podías buscar, alfabéticamente, las razones sociales de múltiples empresas y, claro, nombres y números telefónicos de profesionistas de todas las ocupaciones.
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No aparecían los nombres, direcciones y números de teléfonos privados. Esos números sólo se daban a amigos, clientes o personas de plena confianza.
Uno recuerda tiempos en que los periodistas, además de su nombre, acróstico o pseudónimo, publicaban, allí mismo, su correo electrónico para que, cualquier lector, pudiera entablar mensajes o conversación directa con los autores, acerca de sus opiniones o informaciones.
LOS DATOS VULNERABLES
Ahora, como hay llamadas latosas, equivocadas o con intenciones de extorsión, los datos personales (incluidas las cifras para llamar por teléfono) se privatizan en mayor número, se ocultan, no se dan a conocer.
Ahora se dice que “se filtran” y eso equivale a desnudar a alguien en la vía pública. Llega a ser delito tipificado ese asalto a la privacidad. Se recomienda evitar “hackeadas”, no publicando datos personales en las redes.
Actualmente, el margen de verdadera privacidad es reducido por tanta información repartida a los servicios de internet. Hay mucha gente informada de tu teléfono, de tu dirección, de la música que te gusta, de las mercancías que deseas comprar, de los sitios que visitas en la red, de los viajes que haces.
VENTANAS DE OBSERVACIÓN
Las “cuquis”, que parecen practicar la generación espontánea, en todos los sitios, están archivando lo que decides y lo que prefieres, asegurando que no harán mal uso de lo que almacenan y sistematizan.
La vida privada se hace cada vez más pública. Abundan quienes tienen una lente en su celular a la mano y captar imágenes no es sólo para descubrir infracciones de tránsito, sino para que cualquiera pueda poner ojos de observación en cualquier parte.
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Imagen y sonido tienen un colosal aumento de espectadores y oyentes. Las opacidades no alcanzan a enturbiar todas las transparencias. Esperemos que ya muchos no estemos conviviendo en futuras épocas en que la telepatía abra ventanas en la intimidad mental, cancelando así el último reducto de la privacidad.
CAMPAÑAS, ¿PARLANTES O ACTUANTES?
Se requiere creatividad e intrepidez para llegar a un lugar no sólo diagnosticando y prometiendo, sino dejando problemas solucionados.
“Talking and walking”. Junto con el discurso elocuente, dar pasos que dejen huella en el camino. No con grandes inversiones, que no permite la carencia de recursos, sino con pequeñas obras piloto, con pequeños remedios, en ambientes particulares, que anuncien lo que se generalizará.
En el campo económico, educativo, en lo básico: como alimento, vivienda, estudio, trabajo, salud, indumentaria. Diez beneficiados aquí, quince allá, veinte más allá. Que vaya quedando, en cada lugar visitado, la huella que da esperanza para muchos o para todos.
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VIDA TRANSFIGURADA
En el avance cuaresmal, el creyente contempla su propia vida al ver la ascensión de aquellos cuatro que suben el monte Tabor.
Los seguidores se asombran de la gloria de su maestro y, por la voz celestial, conocen su identidad.
No deciden quedarse ahí y bajan a la vida, a la historia, a la humanidad.
Como el hombre y la mujer de hoy que contemplan la misma gloria por la fe y bajan a practicar las obras de amor para caminar, siguiendo a Cristo −con esperanza− hacia la victoria de la resurrección...
Encuesta Vanguardia
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