Desde que el lanzamiento de ChatGPT desató una ola de interés por la inteligencia artificial, los modelos se han colado en la vida cotidiana de muchas personas y, a pesar de sus defectos, están ayudando a la gente a ahorrar tiempo en el trabajo, a programar sin saber programar, a hacer más fácil la vida diaria o simplemente a divertirse.