Anastasia: La magia contra la realidad

Aun cuando la cinta cuenta es clásico para muchas personas por sus canciones y personajes – dado vida por los actores Meg Ryan, John Cusack, Kelsey Grammer, Christopher Lloyd -, cabe mencionar que la historia verdadera fue completamente distinta.

La trama de la “mágica” película

La película animada de Don Bluth y Gary Goldman se basó en la historia de la duquesa Anastasia Nikoláyevna de Rusia, hija del zar Nicolás II.

A principios del siglo XIX, el zar realizó un baile en donde asistió su madre, la Emperatriz Marie Feodorovna que visitaba desde Paris. Marie le dá una caja de música a su nieta Anastasia como regalo de despedida. De pronto, el “Monje Loco” Gregori Rasputín interrumpe el evento. Él maldice a la familia Romanov por haberlo expulsarlo, diciendo que todos morirán dentro de quince días.

Efectivamente, la maldición de Rasputín se cumple desatando la Revolución Rusa que terminó con la monarquía rusa. Anastasia y su abuela Marie logran escapar, pero antes de abordar el tren, la hija del zar se separa de su abuela y se golpea la cabeza perdiendo la memoria.

Diez años después, la Emperatriz Marie Feodorovna ofrece una recompensa de 10 millones de rublos a quien encuentre a su nieta Anastasia. Dos estafadores llamados Dimitri y Vladimir desean tomar el dinero de la anciana realeza buscando una “doble” de Anastasia.

Finalmente, ambos descubren a la perdida Anastasia, quien se reúne con su abuela y lucha contra el hechicero Rasputín, quien deseaba acabar con ella. Rasputín es destruido y Anastasia inicia un romance con Dimitri, dando un final alegre a la historia.

La “oscura” realidad de los Romanov

La verdadera Anastasia nació en junio 8 de 1901 y fue la cuarta hija de Nicolás II. Las hijas del zar, contrario a la creencia popular, no vivieron con tantos lujos. Ellas dormían en camas sencillas sin almohadas, se bañaban con agua fría, limpiaban sus propias habitaciones e incluso realizaban bordados que se vendía para caridades.

Se dice que Anastasia era una niña con un gran carisma y personalidad. Era inteligente, aunque algo “inquieta”. A ella le gustaba realizar bromas a los guardias y sus tutores. Durante la Primera Guerra Mundial, la joven y su hermana María visitaban a los soldados heridos, con quienes jugaban partidas de billar y damas para levantarles el ánimo.

Rasputín fue introducido a las duquesas a petición de su madre, la zarina Alejandra, quien había tenido éxito aliviando el sangrado del hijo del zar Alexis que padecía de hemofilia. Anastasia, y el resto de sus hermanas eran visitadas frecuentemente por el monje Rasputín en sus recámaras. La zarina y sus hijas sentían gran afecto por el monje, y todas llegaron a asistir al funeral de Rasputín cuando fue asesinado.

Cuando la familia Romanov fue hecha cautiva por los bolcheviques, Anastasia escondió joyas de su familia en sus ropas para evitar que los revolucionarios las tomaran. En febrero de 1917, Anastasia y el resto de su familia fueron llevados a un sótano con la excusa de llevarlos a otro lugar para asegurar su seguridad. Una vez ahí, el líder Yakov Yurovsky ejecutó al zar y a su familia a disparos. Según sus reportes, Anastasia y su hermana María seguían con vida gracias a las joyas que cargaban en su ropa. Con las caras cubiertas aterradas en una esquina, fueron rematadas por los soldados.

Su abuela la Dagmar de Dinamarca, Marie Feodorovna jamás quiso admitir o aceptar la ejecución de su hijo y su familia a manos de los bolcheviques, diciendo que esto se trataba de rumores. Fue esta posición fue la que hizo correr el rumor de que una de las duquesas seguía con vida; haciendo que múltiples mujeres pretendieran ser la “perdida” duquesa Anastasia años más tarde.

Lamento quizás el destruir el recuerdo de infancia de muchos, pero de igual forma, la película sigue siendo una emocionante y mágica experiencia fílmica de no ser porque los eventos en lo que se basaron, jamás ocurrieron.

¡Felicidades, Anastasia!