Lo que hay que saber sobre la ibogaína, podría ser un tratamiento para la adicción
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La ibogaína aplaca los atroces síntomas de la abstinencia de los opiáceos y también parece reducir el deseo de consumir drogas, al menos al principio
NUEVA YORK- Algunos investigadores esperan que la droga, aún ilegal en Estados Unidos, pueda considerarse como tratamiento para la adicción, el trastorno de estrés postraumático y las lesiones cerebrales.
¿QUÉ ES LA IBOGAÍNA?
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La ibogaína es un compuesto psicoactivo de origen natural que proviene de la iboga, un arbusto de la selva tropical originario de África Central. Esta droga procede de la corteza de la raíz, la cual se tritura y se consume en polvo o se administra en forma de extracto.
Desde hace mucho, la iboga se utiliza con fines medicinales y rituales en Gabón, Camerún y la República del Congo. Tras su descubrimiento por exploradores franceses y belgas en el siglo XIX, se vendió como estimulante en Francia. En las últimas décadas, la ibogaína se ha mostrado prometedora para tratar la adicción a los opiáceos, pues varios estudios pequeños sugieren que entre un tercio y dos tercios de los pacientes que se someten a tratamiento logran la sobriedad tras una sola sesión. Algunos investigadores han estado estudiando el potencial de la ibogaína para tratar las lesiones cerebrales traumáticas y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
¿CÓMO ACTÚA LA IBOGAÍNA?
La ibogaína aplaca los atroces síntomas de la abstinencia de los opiáceos y también parece reducir el deseo de consumir drogas, al menos al principio. Los científicos aún tratan de entender cómo actúa contra la adicción, pero muchos de ellos creen que la ibogaína fomenta la creación de nuevas neuronas y de la neuroplasticidad, un recableado del cerebro que le da a los pacientes nuevas perspectivas sobre su comportamiento autodestructivo y el trauma no resuelto que lo alienta.
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“La ibogaína parece estar reprogramando el cerebro farmacológicamente y, al mismo tiempo, produce una profunda comprensión psicológica de los factores subyacentes de la adicción”, afirmó Joseph Peter Barsuglia, psicólogo clínico y de investigación que asesora a clínicas de ibogaína en México.
¿ES ILEGAL?
No. En Estados Unidos, la ibogaína está clasificada como una sustancia controlada de la Lista I, al igual que la heroína y otras drogas a las que se considera “sin uso médico actualmente aceptado y con un alto potencial de abuso”, según la Administración para el Control de Drogas. Los estadounidenses que quieren acceder a la terapia con ibogaína deben viajar a países donde sea legal o no esté regulada, como México, Brasil, Nueva Zelanda, Canadá y Sudáfrica.
Tampoco es barata: las clínicas privadas suelen cobrar entre 5,000 y 15.000 dólares por un solo tratamiento, sin incluir el boleto de avión.
¿EXISTEN RIESGOS PARA LA SALUD?
La ibogaína puede provocar arritmias cardiacas mortales. Al menos una veintena de muertes se han asociado a la ibogaína en las últimas décadas, una preocupación que llevó a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por su sigla en inglés) a poner fin a la investigación federal a finales de la década de 1990. Los expertos afirman que los riesgos pueden controlarse eficazmente excluyendo a los pacientes de alto riesgo, administrando magnesio antes y durante los tratamientos, y asegurándose de que los pacientes estén continuamente monitoreados mediante electrocardiogramas.
¿CÓMO SE COMPORTA LA IBOGAÍNA CON OTROS PSICODÉLICOS?
La ibogaína no es una droga que se consume en discotecas. Una sola sesión de tratamiento puede ser agotadora y durar más de 24 horas. A menudo, exige la voluntad de enfrentarse a acontecimientos traumáticos del pasado. Los participantes comparan el viaje con un sueño vívido que los obliga a revisar experiencias dolorosas. “De repente tienes acceso a ese enorme caudal de información que se ha ido acumulando a lo largo de nuestras vidas, y eres capaz de verlo con más distancia”, dijo Martín Polanco, investigador psicodélico de Mission Within, una organización que trabaja con veteranos de operaciones especiales.
¿QUÉ DICE LA CIENCIEN SOBRE LAS PROPIEDADES ANTIADICTIVAS DE LA IBOGAÍNA?
Gran parte de los datos sobre la eficacia de la ibogaína proceden de pequeños estudios y aún no se ha probado en ensayos clínicos con grupos de control a los que se administran placebos, la regla de oro de la investigación médica. Pero en Brasil, donde los médicos llevan tres décadas utilizando la ibogaína para tratar la adicción al crack, los investigadores han informado de un promedio de éxito del 60 por ciento entre los pacientes a quienes se les hizo un seguimiento de varios meses después de la terapia.
¿CUÁL ES EL FUTURO DE LA IBOGAÍNA?
Aunque la FDA diera luz verde a los ensayos clínicos —algo improbable, según algunos expertos, dados los riesgos cardiacos de la ibogaína—, la aprobación de uso tardaría años.
Andrew Jacobs es un reportero de ciencia y salud, con sede en Nueva York. Antes reportaba desde Pekín y Brasil, y ha trabajado como reportero en la sección Metro, ha sido redactor de la sección de Styles y un corresponsal de noticias nacionales que cubría temas del sur de Estados Unidos. Más de Andrew Jacobs. c. 2024 The New York Times Company.
Por Andrew Jacobs, The New York Times.