Ensaladas: así de fácil es comer fresco y ligero en cualquier parte
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Las ensaladas y los platos fríos son, indiscutiblemente, las estrellas de la mesa en verano. Mejoran la sensación de cansancio que provoca el calor y disminuyen el tiempo que dedicamos a la cocina.
¿Qué más se puede pedir? Solo una cosa, que se puedan llevar a cualquier parte. Para ello, la nutricionista Laura González propone una idea: la ensalada vertical
Aunque antes de hablar sobre ellas, la responsable de salud y nutrición de Nestlé lanza una advertencia: en esta época del año es importante prestar atención a la higiene para evitar una intoxicación alimentaria.
“El calor hace que los alimentos perecederos se alteren con más facilidad. Y, dado que muchos de los platos en esta época se consumen en crudo, poco cocinados, fríos, templados, o recalentados, se debe prestar especial atención a la higiene de las manos y en la cocina”, matiza Laura Gónzalez.
Además, subraya que los microorganismos patógenos, causantes de las intoxicaciones alimentarias, no tienen porque alterar el color, aspecto o el olor de los alimentos.
La ensalada, una alternativa rápida y saludable La ensalada es la forma más rápida de comer hortalizas y de combinarlas entre sí, y se puede tomar como entrante o acompañante del plato principal.
Basta elegir una base, que puede ser de hortalizas frescas, pasta, patata, arroz o legumbres, e ir añadiendo otros ingredientes como frutas variadas, huevo cocido, encurtidos, quesos, fiambres o pan. También se le puede añadir una salsa, aunque vigilando siempre los ingredientes y sus cantidades.
“Si se prepara una salsa, la mejor que podemos añadirle es el aceite de oliva virgen extra, unas gotitas de vinagre y una pizca de sal; o su mezcla en forma de vinagreta”, aconseja la nutricionista.
“Para los aficionados a las salsas, se puede hacer una casera que incluya como base el yogur natural, un queso cremoso, aguacate o tomate, y añadir hierbas aromáticas, cebolla, ajo, limón o naranja”, propone.
Para que nuestra ensalada tenga un toque crujiente y distinto, podemos añadirle un puñadito de frutos secos, semillas o trocitos de pan duro.
Sin embargo, es importante destacar que el valor nutricional puede variar considerablemente según la cantidad de estos ingredientes, y una ensalada ligera puede convertirse en un plato contundente si nos pasamos con los frutos secos, la carne, el aceite o las salsas.
Ensalada de pasta, legumbres, arroz, patatas… Las opciones son infinitas, aunque también podemos recurrir a otros platos fríos como el salpicón de marisco, el gazpacho o el jamón con melón.
¿Ensalada para llevar? Ensalada vertical La ensalada vertical es una forma original y respetuosa con el medio ambiente de comer este plato tan propio del verano. Es ideal para un picnic y la puedes llevar al trabajo, la playa o la montaña.
Consiste en utilizar como recipiente un bote de vidrio largo de boca ancha y tapa segura. Por ejemplo, uno de conserva de legumbres o verduras que hayamos reciclado.
“Esta altura permite organizar los alimentos en capas y la boca ancha hace más sencillo introducir los ingredientes y servir la ensalada”, explica
Primero debemos poner el aliño, que, dependiendo del tamaño del recipiente y de la cantidad de alimento, puede ser aproximadamente entre 1 y 3 cucharadas soperas.
A continuación, expone, pondremos las verduras sólidas que no absorben los líquidos, como la zanahoria, el pepino, el rábano, o el apio.
Después añadiremos a nuestra ensalada vertical los cereales, legumbres, quinoa o pasta, ya cocinados y, encima, las verduras y frutas más suaves como los tomates picados, la cebolla roja o frutas como las fresas, los aguacates o frutos secos.
Por último, se añaden las verduras de hoja, como lechuga, rúcula o espinacas.
“Antes de servir hay que agitar bien el recipiente para que se mezclen los ingredientes con el aliño, y lo podemos consumir en el mismo recipiente o servirlo en un plato”, concluye la experta