'Este es el siglo de la arquitectura y la naturaleza': Felipe Leal
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La tarde del lunes el arquitecto Felipe Leal ofreció la conferencia 'Arquitectura y Paisaje' en el Campus Arteaga de la UAdeC
La Corresponsalía Arteaga del Seminario de Cultura Mexicana continúa con grandes actividades para la promoción y difusión de la cultura en la región. En esta ocasión invitaron al arquitecto Felipe Leal, vicepresidente del Seminario a nivel nacional para impartir la charla “Arquitectura y Paisaje” en la Facultad de Arquitectura de la UAdeC.
Egresado de la UNAM y director de la Facultad de Arquitectura de dicha casa de estudios en el período 1997-2005, ha concentrado su obra en los ramos culturales, educativos y domésticos, reconocida con 16 premios en diferentes bienales y certámenes nacionales e internacionales.
El arquitecto Leal, antes de comenzar su conferencia, felicitó a la Corresponsalía Arteaga por su reciente creación y por los vínculos que han establecido con las Universidades, además de explicar a los jóvenes presentes los objetivos del Seminario de difundir la cultura en todas sus acepciones, no sólo las humanísticas, sino también la parte de las ciencias exactas en lugares donde hay poca de esta oferta.
En su disertación exploró primero el concepto de patrimonio y se aseguró de ir poco a poco desmenuzando los diferentes tipos de patrimonio que puede haber, hasta que llegó al que competía a la presentación; el patrimonio cultural arquitectónico y el del paisaje.
Recalcó cómo en el caso del patrimonio cultural arquitectónico el valor que le confiere tal estatus no recae en la construcción misma sino en el peso de su historia, ya sea porque ha sobrevivido el paso del tiempo (como en la mayoría de los casos), por lo que ha sucedido en su interior (por ejemplo en edificios que fueron sede de batallas o acontecimientos históricos importantes) o por su valor único (como el caso de la arquitectura de Barragán).
“Vemos un edificio de relativamente reciente creación, en el que nos encontramos”, ejemplificó el maestro Leal, refiriéndose a la Facultad de Arquitectura, “¿qué pasará con él en 100 años? ¿En 150 años? No sabemos qué va a ser, si será una ruina, si cambiará el esquema de universidades y va a ser otra la manera de transmitir el conocimiento, y estas estructuras en qué se convertirán al lado del paisaje”.
Al hablar precisamente sobre las particularidades de las obras, que las vuelven valiosas, puso como ejemplo la Iglesia del Santo Madero en Parras de la Fuente, cuyas características la hacen destacar entre otras construcciones de su tipo. "La singularidad siempre será algo que va a dar identidad”, comentó.
Habló también de la importancia que tiene considerar como patrimonio, ya sea un edificio o un conjunto urbano (o natural), pues esto asegura la constante protección y preservación del objeto en cuestión para las próximas generaciones.
Sin embargo, una vez que llegó a la parte de la relación de la arquitectura con el paisaje en el que es construida dedicó el resto de la conferencia a exponer muy distintos modos en que los arquitectos a través de la historia han relacionado su obra con el medio en el que las crearon.
Cada uno de estos autores se aproximó al problema de cómo relacionar el edificio con lo natural de maneras siempre sujetas a los estilos y tendencias de su época.
Así existen ejemplos como el Pabellón Dorado de Kyoto, para el cual fue creado un estanque artificial que refleja el edificio; muestra de la manera en que el hombre ha creado paisajes naturales de manera artificial.
También presentó varias villas italianas renacentistas que dialogan con los bosques que las rodean, así como muestras más contemporáneas de jardines urbanos que rescatan áreas abandonadas y las convierten en espacios verdes para la interacción social.
Al terminar la conferencia los asistentes tuvieron la oportunidad de conversar con él. Dada la vasta cantidad de estilos y tendencias que mostró en su charla, se le cuestionó cuál de ellas es la que más prevalecencia tiene entre las nuevas generaciones de arquitectos.
“Yo veo en las nuevas generaciones, y hasta soy optimista al respecto, veo que hay mucha mayor consciencia en relación con la naturaleza. Se busca cada vez tener un mayor vínculo con el paisaje natural, o integrar elementos, ya sea con los materiales de construcción mismos, y la relación con elementos del paisaje y yo creo que este es el siglo de la arquitectura y la naturaleza”, comentó.
“Estamos obligados por cuestiones energéticas y de consciencia ambiental y un vínculo, porque las ciudades se nos han vuelto tan agresivas, que hay esa tendencia hacia un romanticismo posmoderno de poderse envolver por elementos naturales”, añadió.
Al respecto también se le preguntó si considera que los planes de estudio en las escuelas y facultades de arquitectura cubren esta necesidad y cuentan con programas que refuercen estas tendencias hacia una arquitectura que esté en armonía con la naturaleza.
“En términos generales estamos retrasados, se han hecho esfuerzos pero modificar un plan de estudios es muy complicado, demasiado trámite burocrático, pero yo creo que tenemos que reforzar una consciencia más abierta, a mi parecer siguen siendo muy rígidos los planes de estudio, tienen que ser más flexibles, para poder tener una currícula en ese sentido”, expresó.