Se cumplen 10 años de trabajo de conservación de mexicanos en Egipto
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Arquelogos mexicanos llevan 10 años trabajando en la tumba del sacerdote egipcio Pui-Em-Ra, en Luxor, Egipto.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que especialistas suyos ha realizado en los últimos 10 años tareas de estabilización arquitectónica en la tumba del sacerdote egipcio Pui-Em-Ra, en Luxor, Egipto.
Los trabajos de restauración realizados en la Tumba Tebana 39 (TT39) se han basado en dibujos y fotografías que elaboraron el egiptólogo británico Norman de Garis Davies (1865-1941) y su esposa Nina (1881 –1965), para el Museo Metropolitano de Arte Nueva York.
Este proyecto se encuentra a cargo de la Sociedad Mexicana de Egiptología, y las actividades son dirigidas por las restauradoras Dulce María Grimaldi y Patricia Meehan, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), anotó.
Así como Luis Amaro, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), abundó el INAH.
Dulce María Grimaldi explicó que “mientras que en otros lugares del mundo se hacían reconstrucciones completas de edificios arqueológicos, De Garis Davies tuvo la claridad de verse a sí mismo como un eslabón en una cadena de procesos”.
Por lo cual el británico realizó procesos para la protección de los fragmentos de relieves, algunos de los cuales fijó con adobe en los muros y otros los escondió en una pequeña capilla para evitar el robo que se daba en aquel tiempo, dijo.
Al respecto, anotó que se hallaron “fragmentos de los cuales no tenemos documentación pero que son interesantes porque presentan la policromía original, a diferencia de otras piezas cuyos colores cambiaron a lo largo de la historia de la tumba”.
La tumba TT39 se fue deteriorando debido a que en el periodo faraónico se dividió con un muro para albergar dos cámaras funerarias; posteriormente se usó como granero y establo, y finalmente se ocupó como el interior de un horno, lo que provocó quemaduras.
Entre los daños se encuentran que cerca del 70 por ciento de los murales perdieron el color, se erosionaron parcialmente o se quemaron, mientras que el resto corresponde a fragmentos de relieves de muros que colapsaron.
Es por eso que los especialistas mexicanos buscan que “la tumba tenga una lectura de su composición original, también queremos mantener los elementos que nos hablen de su propia historia”, explicó al especialista.
El monumento funerario tiene relieves realizados sobre la roca madre del cerro Khokha, donde fue construida, es por eso que el equipo ha propuesto usar materiales locales en vez de sintético, para evitar un daño futuro.
En este proceso de conservación los especialistas se han adaptado a los materiales que se usan en la región; también han compartido experiencias y decisiones junto a los restauradores egipcios.
Finalmente, Dulce María Grimaldi comentó que “al final de cuentas somos las mismas personas con necesidades, sueños, ilusiones, ganas de trabajar. Eso nos pone en un mismo piso como cuando toca estar en Cholula o en El Tajín”.
Los resultados de este trabajo que comenzó en 2005 se dieron a conocer en el ciclo de conferencias “La diplomacia cultural, interculturalidad y la conservación del patrimonio. Reflexiones a 10 años de trabajo colaborativo en Egipto”.
El ciclo concluye el 27 de julio y tiene como sede la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía "Manuel del Castillo Negrete”.