Seguimos, y seguiremos hablando de Trump
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El triunfo de Trump demuestra por un lado que cuando se acaban las mentiras comienzan las encuestas, las estadísticas y los promedios; un fiasco las encuestas Brexit en el acuerdo de paz en Colombia, en las recientes elecciones en México y ahora en EUA. Tan falsas y manipuladas como los promedios porque resulta que si tú tienes 10 autos y yo no, en promedio tenemos cinco cada uno aunque yo siga sin auto porque no sé manejar, son sólo conteos que engañan y desilusionan por su falta de aciertos.
Por otro lado, demuestra que el sistema democrático del país más poderoso del mundo es obsoleto y se tiene que actualizar; ya que no puede seguir dando presidentes de las minorías pues resulta que aunque Hillary obtuvo más votos de los ciudadanos: ¡el Presidente es Trump! Porque gana los votos de los colegios electorales, igual le pasó a Al Gore con Bush demostrando que no llega quien la gente quiere sino el que los intereses colegiados deciden.
Quizá algún día fue justo. Pero, si la esencia de la democracia es el voto de la gente, con este sistema es Presidente quien que no obtuvo la mayoría de los votos de los Ciudadanos. Después de leer y escuchar opiniones sobre estas elecciones al final había una gran confusión ya que los ciudadanos no sabían si votar (con sus palabras) por el “Malo” o la peor: por “el racista” o por “la abortista”, por “el de los muros” o por “la de los correos”, por “el extravagante” o por la que subiría los impuestos lo cual me lleva a reafirmar que a veces lo mejor es votar por el “menos peor” pero jamás anular nuestro derecho al voto y dejarnos llevar por la indiferencia ya que nuestra participación es clave para algún día lograr lo que tantos queremos.
Ahora, convencida y partiendo de que todos los cambios son buenos: debo creer que éste no será la excepción y otorgando el beneficio de la duda espero que el Presidente Donald Trump sea mucho mejor que el candidato Trump para bien de los Mexicanos, de los migrantes, de los propios estadounidenses y del Mundo entero. Que las elecciones de nuestro país vecino sean un ejemplo para nosotros los mexicanos y nos hagan razonar nuestro voto a la hora que nos toque a nosotros decidir; sin llevarnos por encuestas; pero sobre todo, que nos unan como el gran país que somos y nos permita crecer a pesar de las adversidades que se nos presenten. Lo que no nos mata nos hace más fuertes.