Tropicalizan a Sherlock
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El detective creado por Arthur Conan Doyle hace 130 años recibe un homenaje en México.
CIUDAD DE MÉXICO.- La reciente publicación de “Elemental, mi querido Holmes” es un homenaje a Sherlock Holmes a 130 años de su creación. Pero también es una carta de amor de las letras mexicanas a un clásico que forma parte de nuestras primeras lecturas, un recordatorio a ese súper héroe cuyos poderes son el conocimiento, el raciocinio y la deducción, un personaje que resolvía los problemas a través de la ciencia.
Así lo comenta a F.G. Haghenbeck, antologador y coautor de este volumen que incluye 11 historias mexicanas ligadas a Holmes, en la prosa de Antonio Malpica, César Silva, Vicente Alfonso y Naief Yehya, entre otros.
“Ninguno de los escritores incluidos se basó en un cuento específico; la mayoría tomaron el canon y sobre eso jugaron. Antonio Malpica, por ejemplo, explora la infancia de Sherlock; Vicente Alfonso unió a Sherlock y a Mark Twain en un bar; Iván Farías lo trajo a México para atrapar a Francisco Guerrero Pérez El Chalequero; y César Silva elaboró un cuento de Sherlock sin Sherlock, sólo por mencionar algunos”, explica el antologador.
No hay duda de que Arthur Conan Doyle sea un referente en las primeras lecturas de casi todos los escritores, añade. Quizá si les preguntas, algunos lo van a negar, pero no creo que comenzaran a leer con Arthur Rimbaud, Carlos Fuentes u Octavio Paz, sino a Emilio Salgari, Julio Verne y Doyle.
Después de 130 años, Sherlock sigue siendo el mejor promotor de la lectura y no necesita esos anuncios en el Periférico donde se sugiere leer 20 minutos al día, sino que cualquier muchacho lo toma y se engancha”.
Porque en realidad la obra de Conan Doyle es de las pocas que no necesita cambio alguno, se mantiene muy actual y es leída sin ningún problema por los jóvenes de nuestro tiempo.
La idea era retomarlo y jugar con las distintas visiones de Holmes; no sé si la palabra sea correcta, pero creo que lo tropicalizamos a través de la pluma de varios escritores mexicanos”, precisa. ¿Qué criterios utilizaste para seleccionar a los autores que participarían en este proyecto?, se le pregunta a Haghenbeck.
“Sería fácil decir que es porque son mis amigos, pero no es cierto. Antes que ser escritor, soy lector, y los pensé porque son escritores a los que admiro mucho y porque consideré que me iban a dar un cuento que, en conjunto, iban a tener la forma del libro que ahora tenemos, donde podrían mimetizarse un poco al estilo de Arthur Conan Doyle, sin dejar de divertirse”.
En esencia, apunta, se intentó que los autores incluidos presentaran un nuevo planteamiento, con decisiones un poquito arriesgadas, como en el caso de Naief Yehya, quien hizo una hermosa metaficción, donde el personaje principal es el mismo Arthur Conan Doyle.
Haghenbeck coincide en que existen tres personajes universales reconocibles en el mundo: Superman, Mickey Mouse y, por su puesto, Sherlock Holmes.