Así vive en la clandestinidad el 'Netflix cubano'

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/ 1 junio 2017

Su historia empezó en 2008 y, lo que entonces dio en llamarse 'El Paquete', ha llegado a nuestros días como el 'Netflix cubano'

Un terabyte de entretenimiento digital con series, novelas, juegos, revistas, música, humor, deporte, aplicaciones para PC e incluso antivirus. Su historia empezó en 2008 y, lo que entonces dio en llamarse 'El Paquete', ha llegado a nuestros días como el 'Netflix cubano'.

Estamos hablando de lo que a día de hoy sigue siendo una gran colección de material digital que surgió como sustituto de Internet y de la propia televisión y que sigue distribuyéndose de forma clandestina en Cuba.

Que lo hayan rebautizado como el Netflix cubano tiene cierta lógica, y es que en cierto modo los cubanos se conectan a una especie de 'streaming' para ver contenidos de entretenimiento, contenidos a la carta, programas, series Y películas que no van a encontrar en la televisión. Además, adquirir este 'Netflix' tiene un precio, por lo que, al igual que ocurre con el Netflix original, también existe un negocio detrás de la distribución.

La distribución de El Paquete era ilegal, pero encontraba cierta tolerancia, no obstante, el 'Netflix cubano' ya no cuenta con esa permisividad. Con los años el contenido ha ido variando y, aunque en esta memoria USB no hay cabida para el material en contra del gobierno, subversivo, obsceno o pornográfico, simplemente para el entretenimiento y para el material educativo, sí se ha añadido material nuevo y los organizadores del nuevo paquete prefieren evitarse problemas con las autoridades.

Además, los propios usuarios que van adquiriendo el 'Netflix cubano' pueden añadir material a la memoria para enriquecerla. Uno de los creadores, en declaraciones al medio de comunicación 14ymedio, ha contado que este nuevo Paketito, como lo llaman ellos, surgió hace poco más de tres años y que "al principio nos pasábamos materiales censurados, como documentales y noticias. Incluíamos también antiguas publicaciones cubanas que habían quedado en el olvido".

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Al igual que ocurre con Netflix, el Paketito renueva su oferta cada cierto tiempo. Concretamente se incluye contenido cada semana y suele ocupar 5 Gigabytes de memoria, aunque, como comentábamos más arriba, existen versiones con mayor capacidad. La información viene de muchas fuentes. Una parte se descarga a través de Internet. "En nuestro equipo algunos trabajamos en instituciones estatales y tenemos Internet en nuestras oficinas y de ahí bajamos lo que necesitamos. Otros bajamos los archivos en puntos WiFi".

Uno de los secretos mejor guardados alrededor de esta memoria con material digital es quién está detrás de la compilación de los contenidos, así como la red de distribuidores. Esto es algo que tiene en común con su antecesor. Hay que tener en cuenta que en Cuba los medios de comunicación son controlados por el estado. Actualmente son muy pocos los cubanos que cuentan con acceso a Internet (solo un 5 por ciento de la población), así que no es de extrañar que en la Isla hayan surgido proyectos como el 'Netflix cubano'.

Al igual que su antecesor, el nuevo Paketito se entrega en mano, ya sea en el domicilio del usuario o en un punto señalado y conocido por muy pocos (solo se consigue a través de contactos dentro de la red de distribución que exigen mucha discreción); el contenido se distribuye en un disco duro externo de, máximo, 1 terabyte y, como comentábamos más arriba, para ver su contenido hay que pagar (el precio varía en función del día que se adquiere). Algo que también tiene en común Netflix es que el usuario puede suscribirse a este 'servicio'.

Hoy en día el gobierno cubano no puede censurar estas memorias, porque se distribuyen de mano en mano, por eso decidió contraatacar con una iniciativa similar a El Paquete. El programa del gobierno se lanzó en 2014 con el nombre Mi Mochila y pretendía ser "un paquete con un concepto más cultural", una iniciativa para enfrentar "la chabacanería y lo banal" en la distribución alternativa de series, música, películas, juegos... que circulan de mano en mano. Otro de los objetivos era frenar los materiales críticos con el Gobierno cubano, pero los esfuerzos han sido en balde, porque su distribución está muy lejos de la de El Paketito.

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