Capturan a uno de los cerebros de los atentados terroristas de París
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Abdeslam permanecía huido desde el ataque a la capital francesa del pasado 13 de noviembre, que costó la vida a 130 personas.
Medios belgas han informado en la tarde de este viernes de que uno de los cerebros de los atentados de París, Salah Abdeslam, habría sido herido y arrestado en el curso de una operación todavía en marcha para capturarle en el barrio de Molenbeek, en Bruselas. Abdeslam permanecía huido desde el ataque a la capital francesa del pasado 13 de noviembre, que costó la vida a 130 personas.
Las autoridades belgas aún no han confirmado que Abdeslam, el terrorista más buscado de Europa, esté en manos de la policía. El presidente francés, François Hollande, ha confirmado que la actuación policial en Molenbeek está relacionada con los atentados de París, pero no que Abdeslam haya sido detenido. Agentes franceses han participado junto a las fuerzas de seguridad belgas en registros efectuados en Bruselas durante los últimos días.
La operación se produce horas después de que la fiscalía belga desvelara que el terrorista pasó por el apartamento del barrio de Forest, en la capital belga, en el que el martes se produjo un tiroteo en una redada antiyihadista. "La fiscalía confirma que huellas dactilares de Salah Abdeslam han sido detectadas durante el registro llevado a cabo el 15 de marzo pasado en la calle de Dries, en Forest. La investigación sigue abierta día y noche y no es posible dar más detalles por ahora para no entorpecer la operación", dice el organismo en un breve escrito.
El rastro de este yihadista de 26 años vuelve a aparecer. Y esta vez viene acompañado de una operación policial muy cerca de la vivienda de su familia. El terrorista ha sido el gran objetivo de las fuerzas de seguridad belgas, a las que viene esquivando desde hace cuatro meses: escapó de Molenbeek pocos días después del atentado de París y sus huellas fueron encontradas en una vivienda del distrito de Schaerbeek semanas después.
La otra gran novedad de la que ha informado la fiscalía tiene que ver con Mohammed Belkaid, el presunto yihadista de origen argelino que falleció abatido por un francotirador el martes en una operación conjunta de las policías belga y francesa. El ministerio público ha confirmado que Belkaid utilizaba un documento falso con el nombre de Samir Bouzid, lo que le vincula directamente a los atentados de París y a Abdeslam: ambos pasaron juntos un control policial entre Hungría y Austria dos meses antes de la masacre de Bataclan, cuando viajaban a bordo de un Mercedes en compañía de otro hombre que también usaba la falsa identidad de Soufiane Kayal.
Belkaid se valió del documento falso para realizar, cuatro días después de los atentados de París, una transferencia de 750 euros a través de una oficina Western Union de Bruselas a Hasna Ait Boulahcen, prima de Abdelhamid Abaaoud, uno de los organizadores de la matanza de París. Ambos fallecieron en el asalto policial a Saint Denis que tuvo lugar cinco días después de los ataques. En el domicilio encontraron un arsenal listo para ser utilizado.
El supuesto terrorista abatido el martes en Bruselas se encontraba en el país irregularmente, solo tenía antecedentes por un robo en 2014 y no estaba en el radar de los servicios de seguridad por actos de radicalismo religioso gracias a la protección que le concedió el uso de esa documentación falsa. Junto a su cadáver se encontró un libro sobre salafismo y en el piso había una bandera del Estado Islámico. En el intercambio de disparos con la policía resultaron heridos levemente cuatro agentes, uno de ellos francés, después de que fueran recibidos a tiros con un kaláshnikov y un arma antidisturbios cuando se disponían a realizar un registro.
Las incógnitas tras el descubrimiento de las huellas de Abdeslam por parte de la fiscalía son amplias. Se desconoce cuándo pasó por el apartamento Abdeslam y si se trata de uno de los dos terroristas que lograron huir de la redada del martes.
La redada del martes volvió a traer a la ciudad una banda sonora, la de las sirenas, muy habitual desde que se descubriera que albergó en sus entrañas a uno de los presuntos cerebros de los ataques de París. Desde entonces las autoridades no han bajado la guardia: la presencia de policías y militares es visible en las calles y la alerta antiterrorista en Bélgica se ha mantenido en el nivel 3, solo un escalón por debajo del máximo, que sí estuvo activado entre el 21 y el 25 de noviembre. Entonces, el primer ministro belga, Charles Michel, advirtió de la posibilidad de que se produjera un atentado similar al de París. El nivel actual indica la existencia de "una amenaza posible y creíble".