Comer nueces la dejó con daño cerebral permanente y en silla de ruedas
Amy May Shead era una exitosa productora de la televisión británica hace apenas unos años, pero un descuido le costó demasiado
Amy May Shead solo alcanzó a probar un bocado de la comida que pidió en un restaurante en Budapest, cuando comenzó a sentir que se quedaba sin oxígeno. La mujer había informado al administrador y al chef del lugar que era alérgica a las nueces.
Hace algunos años, Amy May Shead era una exitosa productora de la televisión británica, This Morning.
Sin embargo, en cosa de segundos, su vida cambió en 180 grados y hoy está postrada en una silla de ruedas.
El dramático caso de esta mujer británica se remonta a 2014, cuando viajó junto a unos amigos a Budapest.
Amy sabía que era alérgica a las nueces, por lo que siempre llevaba consigo inyecciones de epinefrina y, además, tenía la precaución de informar de su condición cuando comía en algún restaurante.
Y así lo hizo también cuando pidió pollo con arroz en un local de la capital húngara.
Sin embargo, alcanzó a probar solo un bocado del plato, cuando empezó a sentir una terrible reacción anafiláctica.
De inmediato se le inyectó dos dosis de epinefrina, pero no fueron suficientes, Amy estuvo sin oxígeno durante seis minutos y quedó en coma con un severo daño cerebral.
El diagnóstico incluso era peor, era posible que Amy muriera.
Estuvo 19 días hospitalizada en Budapest y luego pudo ser trasladada de regreso a Londres. Su recuperación se extendió por más de un año, pero Amy nunca volvió a ser la misma.
Hace unos días, Amy acudió al programa This Morning para encontrarse con sus ex colegas y, también, para crear conciencia sobre las alergias alimentarias, de las que ella fue víctima.
"Eres tan valiente por venir aquí, a todos nos encanta verte y te echamos mucho de menos", le dijo Ruth Langsford, una de las presentadoras de This Morning, a Amy durante su visita al estudio.
Ella le agradeció con sus ojos, la única forma que tiene para comunicarse.
Amy, de 29 años, ahora depende completamente de Sue y Roger, sus padres, quienes crearon la Fundación Amy May con el objetivo de recaudar fondos para su cuidado.
Sin embargo, también llevan una campaña para que los frutos secos sean absolutamente prohibidos como snacks en los viajes aéreos, ya que el más mínimo contacto con ellos por parte de personas alérgicas, implica una emergencia médica inmediata.