Cumple 25 años crimen de Posadas
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A la primera ráfaga de disparos se escuchó el grito: “¡Ya llegó, ahí está, es él!” e inmediatamente ejecutaron al arzobispo
CDMX.- A 25 años de la ejecución del cardenal Jesús Posadas Ocampo, la Procuraduría General de la República (PGR) no ha logrado ninguna sentencia judicial condenatoria por el homicidio, lo que le ha impedido cerrar la investigación, abierta desde 1993.
Para representantes de la Iglesia católica, como el arzobispo emérito de Guadalajara Juan Sandoval Íñiguez, el asesinato fue un “crimen de Estado” que hoy permanece sin sentencia para los responsables.
El 24 de mayo de 1993, el cardenal Posadas Ocampo arribó al estacionamiento del Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo de la capital de Jalisco para recibir al entonces nuncio apostólico en México, Girolamo Prigione.
Previamente a la primera ráfaga de disparos se escuchó el grito: “¡Ya llegó, ahí está, es él!” e inmediatamente ejecutaron al arzobispo, según las investigaciones de la PGR.El cardenal recibió 14 disparos, mientras que su chofer nueve; el auto en el que viajaba era un Grand Marquis blanco, parecido al de “El Chapo” Guzmán.
La PGR mantiene la tesis de que el jerarca católico fue víctima del fuego cruzado entre los grupos criminales de los Arellano Félix y de Joaquín “El Chapo” Guzmán. A partir de esos hechos “El Chapo” Guzmán se convirtió en el capo más buscado de México.
“El caso está resuelto. La Iglesia ya sabe quién fue y por qué fue, y está expresado en tres libros. Consulte el último libro Los chacales y allí está la respuesta. Lo que pasa es que a ningún criminal lo sentenciaron, ni lo van a sentenciar nunca. Lo que queríamos saber de parte de la Iglesia ya lo sabemos”, señaló Sandoval Íñiguez.
Por su parte, Elio Masferrer, investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), en el asesinato del cardenal Posadas Ocampo siempre hubo “más preguntas que respuestas” puesto que ha prevalecido la opacidad y hasta la fecha no hay ningún responsable del crimen.
Masferrer recordó que el prelado denunció problemas como el narcotráfico y su crecimiento en el país, la corrupción, la violencia y la inseguridad.
