Doña Margarita lo pierde todo y monta comedor en apoyo a desalojados por incendio en la sierra de Arteaga
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La propietaria del restaurante “Las Delicias” decidió abrir su negocio para habilitarlo como un comedor comunitario y alimentar a las 70 personas que fueron desalojadas y recibidas en el albergue que se habilitó en la Iglesia del ejido la noche del martes
“Estamos vivos y vamos sembrar para que vuelva lo verde”, dice animosa Doña Margarita al despedir a uno de los damnificados que como su familia lo perdieron todo en el incendio que se registra en la Sierra de Artega en la zona conocida como el Paraje de Pinalosa.
En cuestión de minutos el patrimonio de Margarita Martinez de León, el de sus sobrinos y de sus hermanos, se perdió entre las llamas del fuego que ha arrasado con más de 2 mil hectáreas en el incendio de Artega; cuenta que era el trabajo de tres generaciones.
Originaria del Ejido los Lirios, la propietaria del restaurante “Las Delicias”, decidió abrir su negocio para habilitarlo como un comedor comunitario y dar comida y alimentos preparados para las 70 personas que fueron desalojadas y recibidas en el albergue que se habilitó en la Iglesia del ejido la noche del martes.
“Ahorita no es negocio”, es lo primero que dice al cruzar la puerta y tomar asiento, “viene la gente y me dice que cuanto es, pero yo les digo que lo es negocio, yo estoy apoyando y ofreciendo comida a los brigadistas, a los voluntarios y nuestros vecinos que perdieron sus cabañas”, dice.
Afuera de su negocio, ubicado frente a la Plaza Principal del Ejido Los Lirios, hay un letrero que dice: “comida y bebida gratis para los damnificados del incendio, brigadistas, voluntarios, etc”. Adentro sus hijas, hijos, sobrinas y sobrinos le ayudan a servir la comida para quien llega por una botella con agua.
“Esto es lo que nosotros comemos, es comida casera, pero que estamos ofreciendo con mucho amor, es de todo corazón porque yo siento que estoy ayudando a mi pueblo, porque ahorita la estamos pasando muy feo”, relata al borde del llanto.
Las imágenes que los familiares de Doña Margarita captaron al día siguiente del siniestro dan cuenta de ello. El trabajo de tres generaciones quedó hecho cenizas, pero agradecen estar vivos y poder compartir los alimentos con quienes no conocían más sustento que el de sus tierras.
“Es muy triste ver que toda la gente, que todos los señores grandes perdieron su patrimonio, perdieron sus casas, sus cabalistas, sus animales, todo lo perdieron”, lamenta.
Doña Margarita dice, que con su comida espera reconfortar a quienes hoy no tienen un techo, así como a quienes trabajan en la sierra para sofocar el incendio y regresarle la tranquilidad a los pobladores de la zona.