El dinero de papel

Vida
/ 28 septiembre 2017

La invención de los chinos que más sorprendió a Marco Polo y la que más ha contribuido a impulsar la economía global

Hace casi 750 años un joven mercader veneciano llamado Marco Polo escribió una crónica fascinante sobre sus viajes por China.

Le llamó ‘El libro de las maravillas  del mundo’, y está lleno de costumbres extranjeras extrañas que el gran explorador aseguró haber presenciado.

Pero había una en particular  que le pareció extraordinaria…

“No importa de qué manera lo cuente, no lograría convencerlos de que lo que digo está dentro de los límites de la verdad y la razón”, escribió, Marco Polo.

¿Qué fue lo que anonadó tanto al marino veneciano?

Un artificio sorprendente
Marco Polo fue uno de los primeros europeos que conoció el invento que sigue siendo el principal fundamento de la economía moderna: la moneda de papel o el papel moneda.

El dinero de papel chino estaba hecho de la corteza del árbol de morera (Morus nigra) y llevaba la firma de varios funcionarios. También incluía un sello del  emperador chino Gengis Kan, y un sello del emperador de turno, en este caso del Kublai Kan, que regía el país cuando Marco Polo estuvo en China.

El capítulo del libro de Marco Polo sobre este tema tenía un título larguísimo:

‘Cómo logra el Gran Kan que la corteza de los árboles de morera se utilice como dinero en todo su país’.

Lo novedoso de aquel artificio era que el valor de esos billetes no venía del objeto mismo, como ocurría con las monedas de oro o de plata, sino que el valor se lo daban las autoridades del gobierno, escribiéndolo sobre el billete de papel.

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Marco Polo quedó fascinado con la genialidad de este sistema, que lograba que un trozo de corteza circulara como si fuese oro o plata.

¿Dónde se encontraba todo el oro que no estaba circulando?

Bajo el celoso cuidado del Emperador.

La genialidad de los chinos
 El dinero hecho de corteza de morera no era nuevo cuando Marco Polo se enteró de su existencia.

Había surgido casi tres siglos atrás, alrededor del año 1000, en Sichuan, una región de china famosa por su apreciada cocina y por su intenso intercambio comercial.

Sichuan era una provincia de frontera y limitaba con varios estados extranjeros que a veces eran hostiles.

Los gobernantes chinos no querían que debido al activo comercio de esa región, las valiosas monedas de oro y de plata salieran de las fronteras de Sichuan hacia tierras extranjeras. Fue así como, para resolver el problema, se inventó el dinero de papel.

Una idea alocada
Primero los chinos impusieron una regla que suena un poco alocada: dictaron que en Sichuan no se podían usar monedas de oro ni de plata en las transacciones comerciales, solamente se podían usar monedas de hierro (para evitar que los extranjeros se llevaran el oro y la plata de la región).

Pero las monedas de hierro tenían poco valor y por lo tanto no eran muy prácticas.

De manera que si usted iba de compras al mercado tenía que llevar ayudantes para que le cargaran sus monedas.

Y eso era un gran problema para los comerciantes de Sichuan.

Era ilegal usar monedas de oro y plata, y era impráctico usar monedas de hierro.

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Así que no sorprende que buscaran una solución alternativa.

Y esa alternativa fueron los ‘billetes de intercambio’ o el ‘papel moneda’.

Ahora, en  vez de que usted cargara kilos y kilos de monedas de hierro, un mercader de confianza de la región, le escribía un billete con el que usted podía pagar sus cuentas. La idea era muy sencilla. Pero luego ocurrió algo inesperado: los billetes de intercambio estaban tan bien respaldados por el emisor, que empezaron a ser usados libremente.

Vamos a explicarlo
Supongamos que le vendo ciertos productos al respetable señor Zhang, y él, a cambio, me da un billete de intercambio por el valor de la venta.

Luego, cuando yo voy de compras a otro negocio, en vez de pagar con monedas de hierro, podía pagar con el billete que  me había dado el señor Zhang.

Después de todo, ambos (el comprador y el vendedor) sabíamos que el señor Zhang era una persona de confianza. En otras palabras, su billete constituia una promesa de reembolso que tenía un valor de mercado y que podía ser transferido de persona a persona sin necesidad de ser cobrado (tal y como sucede ahora con los billetes modernos).

El señor Zhang, por su parte, quedaba contento pues, si su billete seguía pasando de persona en persona, él nunca iba a tener que cambiarlo por enormes cantidades de monedas de hierro.

Los ‘jiaozis’ 
Fue así como los chinos convirtieron el dinero en  ‘jiaozis’, el nombre que le dieron a los primeros billetes de intercambio .

No es sorprendente que las autoridades chinas quisieran ser las beneficiarias de este sistema, en vez permitir que los firmantes de los billetes fueran los comerciantes reconocidos de la región.

Y fue así como las autoridades empezaron a regular la emisión de los jiaozis.

El jiaozi oficial fue todo un éxito. Circuló por varias regiones e incluso fuera del país. Y tenía aún más valor que las monedas porque era más sencillo de transportar.

Inicialmente los jiaozis emitidos por el gobierno podían ser cobrados libremente, al igual que los jiaozis privados.

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Se trataba de un sistema bastante lógico: asumía que los billetes de papel simplemente representaban su valor real.

Este fue un adelanto muy conveniente para el comercio.

No obstante, el dinero de papel constituia una tentación, ya que un gobierno que tenía muchas cuentas por pagar, solo tenía que emitir más billetes.

Pero cuando hay más dinero para respaldar la misma cantidad de bienes y servicios, los precios tienden a subir. Y entonces se produce lo que ahora llamamos inflación.

En fin, ahora podemos entender por qué con el tiempo, la figura de Marco Polo aparecería en los billetes de la lira italiana.

Marco Polo (1254-1324) partió con sus tíos de Venecia para el Lejano Oriente en 1271. Viajaron por la Ruta de la Seda y llegaron a la corte de Kublai Kan, unos tres años después.

Pasaron 17 años en China antes de volver a casa, en 1295.

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