Fernando del Paso: El sexto Cervantes
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El 'súbdito de la lengua castellana' recibió ayer el máximo reconocimiento de las letras hispanas,en su discurso recordó a sus colegas y lamentó la situación de un México que 'está cada vez peor'
Madrid. El escritor mexicano Fernando del Paso recibió el Premio Cervantes 2015 de Literatura Española de manos del rey de España, Felipe VI, y agradeció a España, a México, a sus influencias literarias y a su familia por este galardón.
En una ceremonia solemne en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, en el este de Madrid, el monarca le impuso al mexicano la medalla que lo inscribe entre los ganadores de este galardón, cuya entrega coincide con el 400 aniversario de la muerte del escritor Miguel de Cervantes (22 de abril de 1616).
En su mensaje, el escritor mexicano recordó que su primera lectura de “Don Quijote de la Mancha” le enriqueció y abrió la puerta a conocer a muchos autores de literatura en castellano y así a crear los personajes e historias de sus obras.
El rey de España, Felipe VI, subrayó que Del Paso “ha honrado de la mejor manera” al idioma español, del que ha declarado su amor, y en sus libros muestra la conciencia de vivir en esta lengua.
El ministro español de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, consideró que tanto Cervantes como Del Paso hacen de la literatura la esperanza de vida en momentos de desasosiego, desaliento y desesperación.
La edición 40 del Premio Cervantes rindió homenaje al autor de “José Trigo”, “Palinuro de México” y “Noticias del Imperio”, el que manifestó ser “un súbdito” de la lengua castellana y habló de los autores que han influido en su obra.
“Salí de su lectura muy enriquecido y muy contento de haber aprendido que la literatura y el humor podían hacer buenas migas. De esto colegí que también los discursos y el humor podían llevarse”, dijo sobre su primera lectura de “Don Quijote de La Mancha”.
Mencionó a todos los escritores españoles que han influido en su vida, como el caso de Miguel Hernández, y con ello una frase para referirse a muchos de ellos: “los escritores españoles no me han influido, a los españoles los traigo en la sangre”, subrayó.
Asimismo, refirió el caso de muchos de los autores mexicanos y latinoamericanos que conformaron sus principales lecturas, con todo ello inició su obra.
“Comencé entonces a escribir ‘José Trigo’, un libro reflejo de mi obsesión por el lenguaje, mi fascinación por la mitología náhuatl y que obedecía a tantos otros propósitos, que lo transformaron casi en un despropósito”, expuso.
“Seguí después con ‘Palinuro de México’, una especie de autobiografía inventada, una recreación literaria de mi vida como niño y adolescente, conjugada en varios tiempos verbales: lo que fui, lo que yo creí que era, lo que no fui, lo que hubiera sido, lo que sería”, dijo.
Del Paso apuntó que después siguió “Noticias del Imperio”, la novela sobre los emperadores Maximiliano y Carlota, porque desde pequeño el melodrama de estos dos personajes, el saber que hubo en México un emperador austriaco le interesó.
“He escrito también libros de poesía, libros para niños y dos obras de teatro. Una de ellas que he soñado que algún día se represente o se lleve a escena en este país: ‘La muerte se va a Granada’, sobre el asesinato de Federico García Lorca”, expresó.
El escritor mexicano recordó que cuando era niño ambidiestro, con la mano izquierda pintaba y con la derecha finalmente pudo dedicarse a escribir, y la lucha entre ambas manos no la ha ganado ninguna.
“Sin embargo, mi mano derecha se ha impuesto, no sé si soy escritor, pero sé que no soy pintor, nunca he dejado de escribir para dibujar y siempre he dejado de dibujar para escribir”, afirmó Del Paso.
El rey de España apuntó que “en pocos literatos se demuestra, como en Fernando del Paso, la conciencia de vivir en el idioma, en el español, una herramienta de trabajo que él siempre ha agradecido haber recibido para expresarse como creador”.
Comentó que “sus novelas principales presentan cada cual unas características y una voluntad diferenciadas, pero están emparentadas unas con otras por su artesanía lingüística, por un uso del lenguaje en el que se aúnan el respeto por la tradición y la audacia innovadora”.
“Del Paso es un creador poliédrico no solo en el campo de la literatura, pues sus inquietudes creativas se extienden también a las artes plásticas e incluso a la publicidad. Ciertamente en su obra admiramos distintas formas de expresión unidas por la necesidad de comunicar”, recalcó.
“Muchas gracias Fernando del Paso por todo lo que su obra nos aporta, nos deleita e interroga, y por su testimonio de amor a una lengua y a una tradición literaria que hoy honramos”, abundó.
El ministro Méndez de Vigo, consideró que la obra de Del Paso tiene “evidente carácter cervantino, definidas por la experimentación, el rigor, la mezcla de géneros y juegos intertextuales, trabajo con el lenguaje, estructuras complejas, humor y reflexión de la condición humana.
En la ceremonia, Del Paso estuvo acompañado por su familia, y el secretario mexicano de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, representantes de instituciones mexicanas y españolas, así como de las letras y el sector editorial.
Critica ‘el principio de un Estado totalitario’
En su presentación del escritor mexicano, el ministro español de Cultura en funciones, Íñigo Méndez Vigo, dijo ayer en Alcalá que para Del Paso la memoria y la literatura son “instrumentos esenciales para testimoniar las luchas humanas”. Minutos después, el galardonado demostraba que la frase ministerial no era pura retórica. Sentado en la silla de ruedas en la que mueve desde que salió de la isquemia, el nuevo Cervantes recordó que el año pasado ya levantó revuelo el discurso que pronunció al recibir otro premio: el que lleva el nombre de José Emilio Pacheco. Era, pues, consciente de la expectación en torno a sus palabras. Y no defraudó. “Las cosas no han cambiado en México sino para empeorar”, dijo, “continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, los abusos de poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo”. Luego añadió un matiz –“criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza”-, pero continuó: “Me trago esa vergüenza y aprovecho este foro internacional para denunciar a los cuatro vientos la aprobación den el Estado de México de la bautizada como Ley Atenco, una ley opresora que habilita a la policía a apresar e incluso a disparar en manifestaciones y reuniones públicas a quienes atenten, según su criterio, contra la seguridad, el orden público, la integridad, la vida y los bienes, tantos públicos como de las personas. Subrayó: es a criterio de la autoridad, no necesariamente presente, que se permite tal medida extrema”. Por si quedaba alguna duda, remachó: “Esto pareciera tan solo el principio de un estado totalitario que no podemos permitir. No denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza”.
Con información de Notimex