Fieles mexicanos honran a la Virgen de la Caridad con alfombras monumentales en las calles de Huamantla
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En total, más de 8 kilómetros de alfombras se extienden por las calles aledañas a la basílica de la Virgen de la Caridad. Este año, al recorrido se sumaron dos calles más ante la devoción de los vecinos, por lo que son cerca de 40 calles las que recorre la Virgen durante toda la madrugada.
Las calles de Huamantla, una pequeña comunidad del centro de México, se convirtieron en las últimas horas en un espectáculo artístico y efímero en la "Noche que nadie duerme", un popular festejo en honor a la Virgen de la Caridad.
Durante la noche del miércoles y hasta bien entrada la madrugada de este 15 de agosto, las principales calles de este pueblo del céntrico estado de Tlaxcala se convierten en lienzos elaborados por los fieles, quienes realizan kilométricas y coloridas alfombras de aserrín y flores para que la Virgen pase sobre ellas en procesión.
“Es cansado pero muy bonito”, señala en entrevista a Efe el alfombrista Martí Paqui. Lleva 10 años dedicándose a este arte. Esta noche lo acompañan sus hijos, su esposa y hermanos; en total 16 miembros de la familia trabajan de la mano en uno de los tapetes principales de la noche ubicado en el zócalo de Huamantla.
Este año, el diseño es de unas guacamayas con rosas de varios colores. “Mi cuñado hace los diseños”, apunta.
Cada año los diseños varían, no sólo en el tapete del barrio de San Miguel, el cual realiza Martí junto con su familia, sino en cada calle. “Son diseños de flores, aves, cruces”, comenta el artesano. Dependiendo la complejidad del mismo es el tiempo de elaboración y el número de moldes que emplean, desde dos, los más sencillos, hasta siete.
“Es un arte", declara el huamantleco, quien dice sentirse orgulloso de la labor que realiza junto con su familia año tras año.
En total, más de 8 kilómetros de alfombras se extienden por las calles aledañas a la basílica de la Virgen de la Caridad. Este año, al recorrido se sumaron dos calles más ante la devoción de los vecinos, por lo que son cerca de 40 calles las que recorre la Virgen durante toda la madrugada.
“La procesión tarda entre 5 y 6 horas dependiendo el flujo de personas porque hay quienes se detienen a rezar por los enfermos o por las familias”, declara en entrevista a Efe Erick Dorán Carrillo, integrante del Movimiento Familiar Cristiano Juvenil de la parroquia de Nuestra Señora de la Caridad.
Dorán Carrillo señala que este año se celebran los 500 años de la primera eucaristía en Tlaxcala -que coincidió con la llegada del conquistador español Hernán Cortés- además del año jubilar, por lo que la Virgen lleva un atuendo con tal insignia.
Al caer la tarde del 14 de agosto, sin importar el pronóstico del tiempo, los vecinos comienzan a sacar los materiales que darán vida a sus calles en un acto de fe que sólo se lleva a cabo una vez al año.
Aserrín de todos los colores, arena, flores, frutas, purpurina, moldes de cartón; todo, bajo las manos mágicas de fieles, que por un día, se convierten en artistas de una de las expresiones de alfombrismo más importante de México.
“Nos organizamos por medio de vecinos, hacemos una cooperación, definimos los colores, el molde y la maqueta”, comenta el artesano Ernesto Barrera Hernández. Con 30 años de experiencia, él dirige el grupo que elabora tapetes en su calle.
El costo de cada tapete ronda los 30,000 pesos (unos 1,520 dólares). Detrás, hay meses de trabajo en el diseño, la elaboración de los moldes y la recolección de material.
En cuestión de horas el aserrín toma vida; molde tras molde adquiere volumen, color y se van puliendo los detalles que sólo pueden apreciarse de lejos una vez ya terminado.
A la 1.00 hora local (06.00 GMT) del 15 de agosto, con la salida de la patrona de Huamantla, comienza la cuenta regresiva para estas obras de arte. En segundos, desaparecen, cuando la Virgen pasa a hombros de los feligreses sobre los tapetes.
“Son artistas, estas alfombras las han llevado a España, Italia, incluso han tenido la oportunidad de visitar al papa llevándoles este arte, es maravilloso”, declara para Efe Araceli Lozada, quien ha acudido con su sobrina a la “Noche que nadie duerme”.
La fe es el único motor que hace posible esta celebración no sólo para los que elaboran las alfombras sino también para los visitantes. Eruviel Delgado, cada año, acude a Huamantla desde el puerto de Veracruz para dar gracias a la Virgen. “Este año vengo con mi hija, ojalá nunca se pierda esta tradición”, opina.
Otros, como Elías Palacios, acuden por primera vez a esta festividad desde el estado de Puebla. "Debemos apreciar y valora este tipo de cosas”. comenta.
La devoción a la Virgen comienza tras la conquista; desde España, llegó la Virgen de la Asunción al estado de Tlaxcala, la cual, fue bautizada años más tarde como Virgen de la Caridad.
Historiadores locales señalan que no fue hasta 1941 cuando dio inicio esta tradición. En un primer momento, la procesión se llevaba a cabo en el atrio de la iglesia con pequeñas alfombras.
A día de hoy, la "Noche que nadie duerme” atrae el interés de turistas nacionales e internacionales llegando a los más de 350,000 visitantes.