Inicia la Feria del Libro de Fráncfort
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El mundo editorial vuelve a reunirse en su principal cita mundial con el firme propósito de recuperar sus orígenes.
En tiempos convulsos en los que en tono se vuelto más agrio, la sociedad se ha polarizado y las "fake news" se propagan a ritmo vertiginoso, la Feria del Libro de Fráncfort reivindicó hoy el papel de la industria editorial como garante del entendimiento, la diversidad de opinión y la información veraz.
"Es la hora de los libros", proclamó hoy Heinrich Riethmüller, presidente de la Asociación de Libreros alemanes, en la rueda de prensa de inauguración del mayor escaparate editorial del mundo, que se celebra hasta el próximo domingo en la ciudad del Meno.
"En estos tiempos desafiantes, nuestro sector es más necesario que nunca", agregó para a renglón seguido destacar que en momentos de crispación como el actual las editoriales auspician el diálogo, la información fiable, la formación de opinión, generan debate y apoyan tanto la pluralidad como el intercambio de pareceres.
La cita cumbre del sector editorial no ha perdido tampoco este año, con Francia como país invitado, ni un ápice de su vertiente política.
Incluso antes de que esta tarde se inaugure oficialmente la feria, con la canciller Angela Merkel y el presidente galo Emmanuel Macron como anfitriones, han sido continuas las condenas a países déspotas que limitan la libertad de prensa y de opinión o que encarcelan a sus plumas más críticas.
"El bloguero Raif Badawi en Arabia Saudí, editores como Gui Minhai en China, el periodista turco-alemán Deniz Yücel o la traductora Mesale Tolu en Turquía. Es atroz como un derecho humano puede ser pisoteado en tantos lugares del mundo", lamentó Riethmüller.
"Sin libertad de opinión no existen libros y sin libros no existe diversidad de opinión", manifestó.
Lejos de constituir una proclama de altos galones que se difumina a la primera de cambio, ésta es una máxima que en Fráncfort aplica sin contemplaciones, hasta el punto de que en la presente edición la feria se negó a excluir a una editorial cercana al movimiento derechista identitario.
"Nosotros no contemplamos la prohibición ni la censura. Debemos presentar la mejor narrativa para hacer frente a la narrativa envenenada", sentenció hoy el director de la feria, Juergen Boos.
En su opinión, no se puede prohibir la participación a las editoriales "ni de derecha ni de izquierda" porque también al hacerlo se les acaba dando mayor notoriedad y publicidad.
En su edición 69, más allá de ocuparse de los interrogantes que acompañan a la frenética actualidad, el mundo editorial vuelve a reunirse en su principal cita mundial con el firme propósito de recuperar sus orígenes, es decir, situar de nuevo a autores y a lectores en el foco de la escena literaria.
A punto de que se cumpla una década del lanzamiento del libro electrónico "Kindle", que supuso toda una revolución en el mercado, el sector vive su mejor momento de los últimos 50 años o quizás de toda su historia, declaró un optimista Markus Dohle, directivo del gigante del mundo editorial Penguin Random House.
"Algunos anunciaron la muerte del libro en papel, pero vemos una coexistencia sana entre el mundo tradicional y el mundo digital", destacó, convencido de que la verdadera revolución que afecta a la industria es la relación directa, sin intermediación de libreros, que las editoriales mantienen ahora con los lectores.
"El libro digital es solo un formato, pero el gran desafío para las editoriales es buscar una mayor visibilidad. En Amazon hay 50 millones de títulos", apuntó el alto cargo de la multinacional que en la actualidad fija su atención en el mercado indio y latinoamericano.
Francia es este año el país invitado del mayor escaparate comercial de libros del mundo, en el que hasta el próximo domingo se darán cita cerca de 7,000 expositores de más de un centenar de países. Se espera la asistencia de unos 300,000 visitantes.
La inauguración de la feria por Merkel y Macron esta tarde se alza como símbolo de la estrecha relación entre los dos países y como declaración a favor de una Europa unida y fuerte, según explicaron los organizadores.
Francia quiere aprovechar la ocasión para presentar la producción literaria de todos los países de habla francesa, una lengua que hablan más de 270 millones de personas en el mundo. Se esperan casi 200 autores francófonos, de los que más 130 -como Michel Houellebecq y Yasmina Reza- serán oriundos de Francia.