Javier Sicilia mitiga con palabras el dolor de las víctimas en "El deshabitado"

Vida
/ 10 noviembre 2016

icilia explicó que su obra "es un grito que nace del silencio pero que no alcanza a decir la palabra adecuada porque no existe", y es también "una protesta tanto desde el silencio como desde el grito".

Mi oficio son las palabras y lo que está dicho, nombrado e intentado nombrar puede ayudar a consolar a otras víctimas que no encuentran las palabras para decir algo"...

El poeta y activista mexicano Javier Sicilia señaló que intenta atenuar con sus letras y palabras el propio dolor y el de otras víctimas de la violencia provocada por el crimen organizado en su nuevo libro, "El deshabitado".

En el texto, un relato autobiográfico elaborado como novela, Sicilia (Ciudad de México, 1956) expone, a través del ejercicio que mejor conoce, la escritura, el dolor que le causó la pérdida de su hijo Juan Francisco y de seis de sus amigos en marzo de 2011 a manos de un grupo criminal.

"No hay palabras para escribir esto", contó Sicilia a Efe. "Lo que trata de hacer el libro es, de alguna forma, en esa deshabitación que es la ausencia de palabra, encontrar justamente la palabra que devuelva las significaciones a la vida porque la palabra es vida", relató.

"La palabra contra la violencia, que es la negación de la palabra, del sentido; (el libro) es un búsqueda de recuperar el sentido en medio del sinsentido y el fondo de 'El deshabitado" es la irracionalidad del amor contra la irracionalidad de la violencia, y ese es el grito", señaló.

En ese sentido, Sicilia explicó que su obra "es un grito que nace del silencio pero que no alcanza a decir la palabra adecuada porque no existe", y es también "una protesta tanto desde el silencio como desde el grito".

El ensayista, novelista y periodista contó que el libro muestra cómo en medio de la muerte y del horror "hay una reserva moral que vuelve a recuperar significados y es una palabra contra la mudez que quieren imponer la clase política mexicana y el crimen organizado".

La dura experiencia de Sicilia como víctima le removió sentimientos y recuerdos, e intentar sanar ese dolor a través de las palabras logra la identificación con otras víctimas.

"Mi oficio son las palabras y lo que está dicho, nombrado e intentado nombrar puede ayudar a consolar a otras víctimas que no encuentran las palabras para decir algo", apuntó.

"Espero que esta botella lanzada al mar pueda ayudar a vivir a otros en medio de la desolación plasmada en el libro", agregó.

El líder Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, quien promueve la promulgación de una Ley General de Víctimas en México, dijo que las víctimas no se resignan ante la realidad y a que sea un mundo violento en el que desaparecen o asesinan a la gente.

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El Movimiento se convirtió en un interlocutor de primer nivel entre grupos de la sociedad civil y diversos gobernantes, a los que ha criticado con dureza y exigido dignificar a decenas de miles de víctimas de la violencia criminal en México.

"Estamos obligados a hacer un cambio en México. La exigencia es que hay que cambiar y no solo desear cambiar; hay una diferencia entre el acto y el deseo de cambiar", dijo, y añadió: "Si salvamos el presente salvaremos el futuro".

Según el propio Sicilia, revivir "la muerte de un hijo" y tratar de plasmarlo en palabras "ha sido lo más duro, doloroso y difícil" que ha hecho en todos sus años como escritor.

Con la novela, de 525 páginas y publicada recientemente por la editorial Grijalbo, Sicilia concluye su vida como novelista.

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