La despensa como centro de la política en Coahuila
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Si no sucede nada extraordinario, la próxima quincena el Gobierno de Coahuila formalizará la compra de 2 millones 575 mil despensas, por las cuales prevé desembolsar 519 millones 090 mil pesos del erario.
Leyó usted bien: 2 millones y medio de despensas, a 519 millones de pesos.
Representa, para dimensionar, el mayor gasto en una sola partida desde que Miguel Riquelme asumió la administración estatal. No hay dispendio similar. Ni siquiera la adquisición de camionetas último modelo para la Secretaría de Finanzas, por citar un ejemplo. La obra pública, por su parte, ha sido escasa y barata.
Ahora bien, ¿por qué convoca en plena campaña el más jugoso de sus contratos? ¿No pudo ser antes o después de ésta? En su defensa, la respuesta más obvia sería que un Gobierno no se puede detener, independientemente del calendario electoral.
Apenas en diciembre pasado, a 96 horas de tomar posesión del cargo, el Gobernador solicitó un crédito por 980 millones de pesos que, a la fecha, sigue sin explicar en qué se ha ejercido y cuánto se ha abonado a Grupo Multiva, más los intereses.
Las despensas, para dimensionar, consumen el 53 por ciento de ese préstamo.
En 2017, todavía en el sexenio de Rubén Moreira, se intentó también el mismo negocio. El 10 de febrero del año anterior la Secretaría de Inclusión y Desarrollo Social convocó a licitación por 2 millones de despensas. Luego de que nadie presentase propuestas en un plazo exprés, el procedimiento fue declarado desierto.
Lo interesante del caso es que participó “Unidespensas, S.A. de C.V.”, la razón social de “Multidespensas empresariales”, ubicada en Lerma, Estado de México. Y dicha empresa ofrece actualmente, al menudeo, un modelo de despensa “económica” que cuesta 114.90 pesos y contiene el doble de productos (24) que la entregada mensualmente por el Gobierno de Coahuila (12). Repito: al menudeo.
Lógicamente por 2 millones y medio de despensas debería mejorar el precio. Es un asunto de mercado. De ser así, ¿realmente cuánto deberían costar los artículos en un esquema de oferta y demanda?
Aventuro una cifra: 90 pesos. Por qué, en cambio, Gobierno del Estado está dispuesto a pagar 204 pesos por unidad como ha tasado en las bases de la convocatoria. Más del doble de su valor original. Es decir, fija un precio para que le vendan. Ahí está el quid de la cuestión.
Los víveres que contiene la caja entregada mediante los COMPPAS en la entidad no alcanzan un valor en el mercado de 120 pesos al menudeo. Se trata de un paquete de papel higiénico, un café soluble, un litro de leche, un litro de aceite vegetal, un sobre de pasta, un kilo de frijol, uno de harina y uno de arroz, una bolsa de trigo inflado y un kilo de tortillas.
Al mayoreo, en cambio, no debería sobrepasar 100 pesos, incluyendo ya en la cifra el costo de la caja de cartón, almacenaje y distribución. ¿Por qué van a pagar entonces 204 pesos por cada despensa, si la cantidad y la calidad del producto no los valen?
Hay un sobreprecio de por lo menos 100 por ciento. ¿Quién se queda con la diferencia?
El 18 de junio se dará el fallo de la licitación CE-905002984-E30-2018. Nueve días antes de que concluya la campaña. Dos semanas previas a la jornada electoral. El documento especifica que la primera entrega se verificará en los últimos días de julio y el resto se repartirá el segundo semestre del año. Hasta diciembre. Naturalmente no puede afirmar que llegarán a manos de los beneficiarios a finales de junio, horas antes de la elección, pues revelaría un delito.
Pero tiempo tienen de sobra para hacerlo.
CORTITA Y AL PIE
La despensa, por todo lo anterior, es el centro de la política en Coahuila. Todo gira en torno a ella. A simple vista parece una inofensiva caja de cartón con víveres adentro pero encarna subdesarrollo, marginación, clientelismo, corrupción.
Por lo demás, no se entrega por carencias aunque el nombre del programa sea “apoyo alimentario”. Ni siquiera posee valor nutritivo, pues no cumple con los objetivos de salud nutricional como ha dado cuenta VANGUARDIA (“Radiografía de una despensa”, 16/04/17).
Se trata, en resumen, de un modelo que no conduce a ninguna parte. Un patrón que por inercia se repite desde hace 12 años. ¿Hay estudios e indicadores para evaluar la política pública?
Replanteo la pregunta: ¿es una política pública siquiera?
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
Es una dádiva. El padrón de beneficiarios (327 mil 500) casualmente coincide con la base votante del PRI en la entidad, independientemente de la elección que se trate. Del total, 80 mil personas habitan en Saltillo, 70 mil en Torreón y 25 mil en Monclova. Traducido a votos, éstas simbolizan los necesarios para ganar las elecciones de ayuntamientos en esos municipios.
Dicho de otra forma: de acuerdo con el comportamiento histórico y la participación electoral, con que voten los que reciben despensa –y voten por el PRI evidentemente– se garantiza la continuidad en el poder. A perpetuidad.
Despensa, Coahuila es.
@luiscarlosplata