Maya Goded explora la prostitución a edad avanzada en México
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"Plaza de la Soledad" nace de la necesidad de incorporar la palabra y todo lo que Goded vivía alrededor del proceso de hacer fotografías
Una mujer tendida sobre la cama en una postura sensual o haciendo un baile erótico pueden parecer comunes en un documental sobre un grupo de prostitutas en Ciudad de México; pero se convierten incómodas si se trata de cuerpos de edad avanzada, con arrugas, kilos de más y muy alejados de los cánones de belleza.
Así de incómodo es "Plaza de la Soledad", el primer documental de la fotógrafa mexicana Maya Goded (Ciudad de México, 1967) que tras pasar por el festival de Sundance se presenta hoy en el Documenta Madrid, que se celebra hasta el 8 de mayo en la capital española.
Su trabajo refleja la vida de un grupo de prostitutas de entre 47 y 80 años que levan décadas trabajando en las calles situadas detrás del Palacio nacional en Ciudad del México. A través de ellas explora la sexualidad de la mujer mayor, la relación con su cuerpo, la búsqueda y el significado del amor y la herencia que deja la violencia en todo ello, cuenta Goded en entrevista con dpa.
Tras más de 20 años fotografiando a "mujeres de servicio", como se conocen en México, y de tratar temas como la violencia hacia la mujer o el problema de los desaparecidos, "Plaza de la Soledad" nace de la necesidad de incorporar la palabra y todo lo que Goded vivía alrededor del proceso de hacer fotografías, explica.
"Siempre me ha interesado más todo lo que vivía y hacía hasta llegar a foto, la foto es lo que menos me interesa de todo". Por eso, el documental ha resultado igual que sus fotos, "muy directas y con mucha colaboración y participación con sus protagonistas".
Durante su tiempo en contacto con mujeres mayores prostitutas Goded conoció a mujeres que arrastran en su mayoría un fuerte historial de abusos y violencia desde muy pequeñas que, tras ser violadas, discriminadas o por necesidad económica comenzaron a prostituirse.
Esther, Carmen, Leti, Ángeles o Raquel ponen rostro a estas trabajadores del sexo, liberándolas de la invisibilidad a las que con frecuencia son condenadas y humanizándolas de esta forma, explica la documentalista.
Todas ellas narran sin tapujos sus traumas y sus historias de supervivencia, pero también sus intimidades o las relaciones de pareja que mantienen. Porque pese a sus experiencias violentas y a su profesión, son mujeres que no renuncian ni al amor ni a la sexualidad.
"Incluso la más viejita tiene todavía la esperanza de enamorarse", cuenta Goded, que explora también "la difícil búsqueda y el significado del amor en un lugar en el que se vende la sexualidad y la forma en que la violencia vivida en el pasado continúa en sus relaciones sexuales en el presente".
"Lo importante es desatar la reflexión sobre tabúes establecidos", defiende la documentalista. Y que el espectador se llene, igual que ella, de curiosidad.
Porque como documentalista, asegura, es necesario estar lo más abierto posible a observar, aprender y dejarse llevar, apartando ideas preconcebidas y tabúes. "Lo que más me gusta es platicar. Ahí se abren puertas y lo más lindo es soprenderte" al encontrar planteamientos inesperados.
Como el hecho de que algunas de ellas aseguren tener orgasmos en algunos de sus encuentros profesionales, ante la falta de una pareja con quien disfrutar plenamente de su sexualidad.
Porque el amor, el placer y el humor son armas con las que estas mujeres hacen frente a la vida. Y ellas, nunca pierden el humor.
"El humor es una parte de esa sobrevivencia. Así es México, ante la desgracia y la violencia siempre está el sentido del humor", asegura Goded, para quien la comprensión de ese humor era una de sus principales preocupaciones.
Aunque lo que más le atormentó siempre fue la recepción de la cinta entre sus protagonistas, algo que le hizo pensar mucho la edición. "Todas se vieron de forma muy diferente unas de otras. Esther me dijo por ejemplo que era primera vez que lograba verse a sí misma y entender cosas de su vida", cuenta Goged. "Aunque en general no tienen mucho espacio para reflexionar sobre sus vidas".
Una reflexión a la que sí invita el documental sobre la prostitución en México y más en profundidad, sobre la violencia hacia la mujer tan arraigada en la sociedad mexicana.
"La prostitución es un problema muy profundo para la que no hay una solución de leyes, sino de trabajo como sociedad y educación en conjunto", asegura.