Merkel se aferra a su política de refugiados pese a las críticas
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"Angela Merkel debe cambiar su postura, porque si no habrá consecuencias funestas para Alemania y para Europa. Espero que lo haga", dijo con dureza Edmund Stoiber, ex jefe de la CSU.
La canciller Angela Merkel mantendrá su rumbo en la crisis de refugiados pese a la impaciencia de sus propios socios y al creciente descontento de la población alemana, anunció hoy el portavoz del gobierno en Berlín, Steffen Seibert.
La canciller cristianodemócrata (CDU) insistirá esta semana en las reuniones que mantendrá con sus socios de coalición en que "tiene una agenda clara de temas nacionales y europeos", dijo Seibert. "Y en esta agenda estamos trabajando".
Las palabras del portavoz alejan por el momento la posibilidad de un cambio reclamado con insistencia por la Unión Cristianosocial (CSU), versión bávara de la CDU, y por los socialdemócratas del SPD, socios en el gobierno de Merkel.
Las críticas a la política de puertas abiertas de Merkel, responsable en parte de que Alemania recibiera 1.1 millones de refugiados sólo en 2015, se acentuaron sobre todo después del escandalo de Nochevieja en la ciudad de Colonia, donde cientos de mujeres fueron víctimas de robos y agresiones sexuales atribuidas a árabes y norteafricanos.
"Angela Merkel debe cambiar su postura, porque si no habrá consecuencias funestas para Alemania y para Europa. Espero que lo haga", dijo con dureza Edmund Stoiber, ex jefe de la CSU, al diario "Süddeutsche Zeitung".
Las críticas aumentan también dentro de la CDU. Muchos temen que la crisis de los refugiados y la preocupación que genera en la población terminen pasando factura al partido en el "superdomingo" electoral del 13 de marzo, con comicios en tres estados federados.
Medio centenar de diputados de la CDU y la CSU firmaron una carta contra la política de refugiados de Merkel, según pudo saber la agencia dpa.
La idea original de los críticos era presentar una moción para que la votara todo el grupo parlamentario, pero la semana pasada rebajaron el tono y se conformaron con la carta, que entregarán mañana martes a Merkel.
El hecho de que las diferencias internas llegaran a la opinión pública enfadó a figuras como Julia Klöckner, vicejefa de la CDU y primera candidata del partido en Renania Palatinado, uno de los estados federados que vota en marzo.
Klöckner instó al parecer durante una reunión del partido a "cerrar sencillamente la boca y ponerse a trabajar". Sin embargo, también admitió: "Necesitamos una reducción notable en las cifras de refugiados durante el primer trimestre".
Merkel rechaza cerrar las fronteras de Alemania y apuesta en cambio por una redistribución de solicitantes de asilo más igualitaria entre los socios europeos y por un acuerdo con Turquía para que el país deje salir a menos refugiados rumbo a Grecia.
La lentitud con la que avanza su plan y la falta de resultados concretos impacientaron al jefe de la CSU, Horst Seehofer, que el fin de semana amenazó incluso con recurrir al Tribunal Constitucional si la canciller no cambia de rumbo las próximas semanas.
También el vicecanciller Sigmar Gabriel (SPD) puso a Merkel un "ultimátum" para rectificar hasta junio. "La que supuestamente es la mujer más poderosa del mundo no logra hacer cumplir acuerdos internacionales", lanzó Ralf Stegner, vicejefe del SPD.
Las encuestas coinciden en que un porcentaje cada vez mayor de la población reclama un viraje hacia una política de refugiados menos liberal y más restrictiva tras los ataques de Colonia.
El portavoz Seibert, sin embargo, dejó claro que Merkel no se dejará influir por las críticas. "La canciller toma nota de todos estos comentarios y advertencias", se limitó a comentar.
Al mismo tiempo, Seibert insistió en que el objetivo del gobierno de Merkel es reducir de forma "pronunciada y permanente" la cifra de refugiados que llegan a Alemania y admitió que los números actuales, más bajos que los de hace meses, siguen siendo demasiado altos.