México: economía ‘en shock’ por coronavirus. Es tiempo de ver 'los otros datos' de AMLO
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Las malas noticias para la economía mexicana se acumulan mientras el presidente López Obrador sigue insistiendo que 'vamos bien'. El tiempo se le está acabando a un gobierno que parece convencido de que en México el COVID-19 se va a comportar de forma distinta a como lo ha hecho en el resto del mundo
La calificadora Standard & Poor’s rebajó este jueves la nota crediticia de México y la paraestatal Petróleos Mexicanos colocándolas a dos escalones del “grado especulativo”, lo que se conoce más comúnmente como ubicar a los papeles de deuda en el estatus de “bonos basura”.
El reporte emitido ayer por la calificadora es puntual y contundente: “prevemos un impacto pronunciado en la economía mexicana por la combinación de shocks del COVID-19 en México y en Estados Unidos y de la caída en los precios internacionales del petróleo”.
Y aunque advierte que tales shocks son temporales, señala que estos “empeorarán la débil dinámica de tendencia de crecimiento para 2020 y 2023, que refleja, en parte, menor confianza del sector privado y el poco dinamismo de la inversión”, advirtiendo de paso de la posibilidad de otra baja crediticia en los próximos 12 a 24 meses.
Para cerrar el diagnóstico de este sombrío panorama, la calificadora afirma que “manejar la presión sobre las cuentas fiscales de México frente a los shocks económico y del precio del petróleo ha sido un desafío para los diseñadores de políticas por múltiples administraciones.
“Esto refleja una estrecha base tributaria no petrolera, incluso a pesar de cierto incremento en los últimos cinco años, así como los limitados ahorros acumulados en sus fondos de estabilización petrolera durante la época de precios altos, que ya se usaron parcialmente durante 2019”.
Las malas noticias, por desgracia, no se terminan aquí. De acuerdo con diversos analistas, es previsible que la calificadora Moody’s, que mantiene para México una nota crediticia alta, reduzca en cualquier momento nuestra calificación soberana.
Por otro lado, el banco de inversión J.P. Morgan ajustó ayer a la baja su pronóstico del desempeño económico del país para este año, de menos 1.8 a menos 7 ciento, siendo el peor pronóstico difundido hasta ahora.
Frente a los diagnóstico externos, coincidentes en el señalamiento de que la economía mexicana va a peor, resultan aún más desconcertantes las afirmaciones del presidente López Obrador en el sentido de que “vamos muy bien” y que todas las variables económicas se encuentran “bajo control”.
Sería tiempo, ante la dicotomía en los diagnósticos, que el titular del Ejecutivo Federal pasara de las palabras a los hechos, es decir, que deje simplemente de afirmar que él “tiene otros datos” y los enseñe, de forma que todo mundo pueda verlos y, en consecuencia, rectifiquen sus diagnósticos.
Porque el panorama que se percibe para el futuro inmediato, con el peso perdiendo valor frente al dólar, el precio del petróleo hundiéndose, la confianza de los inversionistas diluyéndose y la pandemia de coronavirus paralizando el país, no es nada halagüeño.
Se trata de una combinación de factores negativos frente a la cual no basta simplemente decir que los mexicanos “estamos hechos de otra madera”. Lo que se requiere son acciones que tapen los agujeros de la nave, porque está haciendo agua a pasos agigantados.