“Mis novelas son una terapia para dominar el miedo”: Roncagliolo
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Roncagliolo subraya que en su caso escribir "es algo terapéutico", una suerte de exorcismo, casi una limpieza chamánica.
El miedo es el tema recurrente en todas sus novelas, y con la misma intensidad con que lo sufre se lo trasmite al lector. El peruano Santiago Roncagliolo (Premio Alfaguara 2006) sabe que de esa forma pone "bajo control" a los fantasmas que lo han perseguido desde que era un niño.
"Todos mis libros giran en torno a la novela negra, los thrillers, la comedia negra, partiendo de las cosas que me aterrorizan a mí mismo. No me basta decir tengo miedo: creo una historia para que tú también lo sientas", explica el reconocido escritor y dramaturgo durante una entrevista con dpa.
Invitado al IV encuentro literario "Centroamérica cuenta", que se celebra en Nicaragua del 23 al 28 de mayo con la presencia de 70 narradores de 15 países, Roncagliolo subraya que en su caso escribir "es algo terapéutico", una suerte de exorcismo, casi una limpieza chamánica.
"Creo que soy una persona mucho más sana desde que escribo, pues me libero de miedos y de traumas dándoles forma con las palabras, entendiéndolos como lo hace el paciente con su sicoanalista, solo que es escribir es más barato...", comenta entre risas.
Nacido en Lima en 1975 y exiliado en México junto a sus padres siendo un bebé, Santiago Roncagliolo recuerda que vivió el retorno de la familia al Perú, a mediados de la década de 1980, como una época de máxima tensión y violencia cotidiana.
"Volvimos a Lima y encontramos una ciudad en guerra, sitiada, con apagones, con bombas, con asesinatos, con terroristas, donde te podían disparar si te estacionabas frente a un cuartel militar, donde varias veces estuve en fuego cruzado", relata.
De aquellas vivencias dramáticas nació su primera novela, "Pudor" (2004), que plasma los miedos más primitivos -un niño que ve fantasmas, un hombre esperando la muerte-, pasando por "Abril Rojo", con la que ganó el Premio Alfaguara de Novela dos años más tarde, hasta "La noche de los alfileres", su más reciente libro que presentará la próxima semana en México.
Casado con una catalana y radicado desde hace diez años en Barcelona, donde nacieron sus dos hijos, el autor de "El príncipe de los caimanes" dedica la mayor parte de su vida a la escritura. Todas las mañanas, de lunes a viernes, se sienta frente al computador y pasa las horas escribiendo novelas.
"Yo no creo en la inspiración, creo en el trabajo. Lo haces o no lo haces. A lo mejor se puede escribir un poema por inspiración, pero 400 páginas no se escriben por inspiración", afirma sin rodeos.
Para Roncagliolo, el oficio de escritor radica en la constancia, "como cuando vas al gimnasio: sabes que si lo dejas un día, al día siguiente te costará más". Sin embargo, la literatura para él no le exige mayor disciplina, pues fluye sin obstáculos: "Mi trabajo es un privilegio en tanto me fascina hacerlo...".
Contrario a quienes piensan que la era digital conspira contra el hábito de lectura de las nuevas generaciones, el novelista peruano está convencido de que "en América latina los jóvenes hoy leen más que nunca, porque muchos más niños van al colegio".
No obstante, se lamenta de que la región latinoamericana sigue sin controlarse el problema de la violencia. "Antes eran las guerrillas, las dictaduras, luego el narco, en muchos países sales a la calle y te pegan un balazo en la cabeza... es como si la violencia estuviera en nuestro ADN", concluye.