"No me arrepiento de nada”, afirma Sergio Ramírez
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A los 21 años publicó su primer libro, "Cuentos" (Managua, 1963), que su novia "Tulita", con quien se casó luego, vendió puerta a puerta.
El pasado agosto, cuando le faltaban apenas unos días para cumplir 75 años, Sergio Ramírez afirmaba que no cambiaría nada en su vida. Dos meses después, el nicaragüense publicaba su hasta ahora última novela, "Ya nadie llora por mí" (Alfaguara) y acaba de recibir con retraso uno de los mejores regalos que se le puede hacer a un escritor: el Premio Cervantes.
"Cumplo 75 y no siento que deba hacer ningún drama, vivo la vida día a día, con mucho contento porque felicidad me parece una palabra altisonante", dijo entonces en entrevista con dpa. "Estoy satisfecho de lo que tengo y no me arrepiento de nada", añadía desde su estudio con ventanas al jardín, "el sitio ideal" para escribir.
Nacido en la pequeña ciudad de Masatepe el 5 de agosto de 1942, Ramírez se graduó de abogado con honores aun sabiendo que quería ser novelista, oficio que tuvo que alternar mucho después con su trabajo como vicepresidente de Nicaragua en una de sus etapas históricas más intensas: la revolución sandinista (1979-1990).
Su momento más dramático lo vivió a los 17 años, el 23 de julio de 1959, cuando el dictador Anastasio Somoza ordenó abrir fuego sobre una protesta estudiantil en la ciudad de León (occidente), donde Ramírez estudiaba Derecho. Los primeros muertos que vio en su vida fueron sus compañeros de clase.
Impactado, escribió la primera crónica del suceso para un periódico que sólo salió ese día y el recuerdo de aquella tarde lo persigue hasta hoy. "Me veo correr por las calles bajo los disparos y las bombas lacrimógenas. Es el recuerdo más indeleble, estremecedor y trágico”.
A los 21 años publicó su primer libro, "Cuentos" (Managua, 1963), que su novia "Tulita", con quien se casó luego, vendió puerta a puerta en León. Ambos conservan un único ejemplar en un ropero antiguo que atesora también la pipa del escritor argentino Julio Cortázar y la pluma del joven poeta nicaragüense Fernando Gordillo, con quien fundó el movimiento literario Ventana.
Hacia finales de los 60, Ramírez viajó a Costa Rica donde dirigió la revista "Repertorio" y fue secretario general del Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA), hasta que en 1973 se trasladó a estudiar a Berlín, Alemania. De regreso en San José, fundó en 1978 la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA).
Tras apoyar la lucha antisomocista que llevó al triunfo de la revolución en 1979, fue miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional y en 1985 asumió como vicepresidente del primer gobierno de Daniel Ortega. Se separó del Frente Sandinista en 1993, por disentir del liderazgo de ese partido, que todavía controla Ortega a sus 71 años.
Con una vasta obra traducida a 20 idiomas, entre la que destacan novelas como "Sara", "La fugitiva" y "Castigo Divino", Sergio Ramírez ganó en 1998 el Premio Alfaguara con "Margarita, está linda la mar”. En 2014 recibió emocionado el Premio Carlos Fuentes, el más importante galardón literario de México.
Si el premio Alfaguara lo invirtió en pagar las deudas de una frustrada candidatura presidencial por el disidente Movimiento Renovador Sandinista (MRS, en 1996), con el premio Carlos Fuentes pudo comprar y remodelar la sede de la Fundación Luisa Mercado, en Masatepe, donde ahora imparte talleres literarios gratuitos a jóvenes poetas y escritores.
En esos encuentros, el laureado autor y abuelo de ocho nietos comparte sus más valiosos secretos: "Leer 'Las mil y una noches' para nutrir la imaginación, escribir al menos dos horas por día y nunca estar satisfecho con un texto... siempre corregir y corregir”.
En unos días, Ramírez tiene previsto viajar a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), donde además de presentar su última novela lanzará también su "Antología personal: 50 años de cuentos" (Océano), prologada por él mismo y que incluye una veintena de sus mejores narraciones, publicadas durante medio siglo de vida consagrada a las letras.