¿Qué hizo la secretaria Rocío Nahle ayer en la reunión de la OPEP+?
COMPARTIR
TEMAS
La mayoría de las opiniones que circularon este jueves se inclinaban por afirmar la Secretaria de Energía de México había hecho "el ridículo" durante su participación en la reunión virtual de los países OPEP y NO-OPEP. Habrá que ver cómo termina hoy la historia para tener claridad de si fue una jugada inteligente o no el retirarse ayer de la reunión
Las calamidades nunca llegan solas, señala la voz popular, y en el caso de la situación actual de México no podía resultar más cierta la afirmación. Porque a la ya conocida débil situación de nuestra economía, se sumaron este año el arribo de la pandemia del coronavirus y el desplome de los precios del petróleo, una de nuestras principales fuentes de divisas.
La disminución en el valor comercial del petróleo, como es sabido, es producto del uso de las leyes esenciales del mercado: Rusia y Arabia Saudita inundaron el mercado, es decir, incrementaron la oferta, y como resultado natural el precio bajó.
Tras algunas semanas de sostener la estrategia, claramente inconveniente en un momento en el cual la economía del mundo enfrenta el riesgo de una recesión, los grandes productores decidieron que lo mejor era hacer una tregua y sentarse a la mesa a negociar la forma en la cual, recurriendo nuevamente a las leyes del mercado, todo mundo podría ganar. O dejar de perder.
La fórmula es tan simple como la usada para hacer bajar el precio: lo que se requiere ahora es reducir la oferta. Lo complicado es definir cuánto, cómo, en qué momento y en qué proporciones debe hacerlo cada jugador del mercado.
Para eso se reunieron ayer -de forma virtual- los países integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y aquellos que no lo son -como México- pero que históricamente han participado en las negociaciones que dan como resultado el establecimiento de un mercado “consensuado” de precios del crudo.
El acuerdo negociado ayer implica que los países participantes reduzcan durante dos meses -iniciando 1 de mayo próximo- en 10 millones de barriles diarios su producción; y durante el segundo semestre de este año en 8 millones, para luego pasar a una reducción de 6 millones durante un período de 16 meses, lo cual implica el compromiso de mantener estables los precios hasta el 30 de abril de 2022.
A México, de acuerdo con la información difundida, le correspondería un recorte de 400 mil barriles diarios, pero la secretaria de Energía, Rocío Nahle, quien participó a nombre de nuestros país en la reunión, habría abandonado la reunión -tras retrasarla por horas- dejando el acuerdo “en el aire”.
De acuerdo con el comunicado emitido ayer, la propuesta fue acordada “por todos los países miembros y no miembros de la OPEP productores de petróleo que participaron en la Declaración de Cooperación, con la excepción de México, y como resultado, el acuerdo está condicionado al consentimiento de México”.
La actitud de la secretaria Nahle ha sido duramente criticada por haberse retirado de la mesa y porque, de acuerdo con trascendidos de la reunión, habría intentado “engañar” al resto de los asistentes planteando cifras de producción de crudo mexicano “irreales”.
No parece claro si lo ocurrido ayer nos perjudica o nos beneficia, más allá del aparente ridículo que se habría hecho, aunque el sentido común parece dictar que, si con menos barriles diarios producidos se obtiene más dinero, el trato parecería adecuado. Habrá que esperar a conocer la historia completa.