Robert Mugabe está bajo arresto domiciliario, dice presidente de Sudáfrica
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Las Fuerzas Armadas aseguraron hoy en un discurso televisado que han asumido temporalmente el control de Zimbabue para "superar la cada vez peor crisis política, social y económica".
El que ha sido presidente de Zimbabue desde hace casi 40 años, Robert Mugabe, se encuentra bajo arresto domiciliario pero está bien, después de que el Ejército tomara el poder, aseguró hoy el jefe de Estado sudafricano, Jacob Zuma, tras hablar por teléfono con Mugabe.
Las Fuerzas Armadas aseguraron hoy en un discurso televisado que han asumido temporalmente el control de Zimbabue para "superar la cada vez peor crisis política, social y económica".
El general de división Sibusiso Moyo, quien hizo el anuncio, aseguró, sin embargo, que no se trata de un golpe de Estado. "En cuanto cumplamos con nuestra misión, esperamos que la situación retorne a la normalidad", agregó Moyo.
La atmósfera era muy tensa hoy en la capital, Harare, donde la oficina de Mugabe y el Parlamento permanecían acordonados por fuerzas de seguridad mientras que por las calles patrullaban tanques.
Cientos de personas asustadas por posibles disturbios hacían cola delante de los bancos para retirar dinero. Pese a que lo niega, los analistas políticos creen que el Ejército ha perpetrado un golpe de Estado.
Testigos aseguraban que también fue detenido el ministro de Finanzas de Zimbabue, Ignatius Chombo. Un grupo de soldados se lo llevó esta mañana, según varios de sus vecinos en Harare. El portón eléctrico de su vivienda fue al parecer forzado con violencia. Según informaciones no confirmadas, otros ministros también fueron arrestados.
Chombo está considerado como uno de los aliados de la primera dama, Grace Mugabe, de 52 años, en la carrera por la sucesión de su marido, Robert Mugabe, quien había anunciado su decisión de postularse para otro mandato en 2018. La cúpula de las Fuerzas Armadas se opone, sin embargo, a que asuma el poder la esposa del presidente, de 93 años.
El Ejército de Zimbabue llamó a todas las fuerzas de seguridad a cooperar con los militares en interés del país, al tiempo que Zuma urgió a las Fuerzas Armadas zimbabuenses a "no hacer cambios inconstitucionales en el Gobierno”.
Zuma, que también habló en representación de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC, por sus siglas en inglés), exigió a los militares y al Gobierno que "resuelvan amigablemente el impasse político" en medio de "la calma y la contención”.
Para ayudar a resolver la crisis de manera pacífica, Zuma anunció que viajarán al país vecino la ministra de Defensa sudafricana, Nosiviwe Mapisa-Nqakula, y el ministro de Seguridad, Bongani Bongo, para reunirse con el presidente y la cúpula militar.
En Bruselas, la Unión Europea se mostró preocupada por la lucha de poder en Zimbabue e hizo un llamamiento a buscar una salida pacífica. "Instamos a todos los actores participantes a que apuesten por el diálogo en vez de por la confrontación", declaró una portavoz de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
Testigos aseguraron que durante la pasada noche se habían producido al menos tres fuertes explosiones en Harare y que también habían oído disparos. Las embajadas de Estados Unidos y el Reino Unido pidieron a sus conciudadanos que extremen su precaución y permanezcan en sus casas. La legación estadounidense anunció que permanecería cerrada este miércoles.
La crisis política en Zimbabue por la sucesión de Mugabe se agudizó la semana pasada, después de que el presidente destituyera al vicepresidente y eventual sucesor Emmerson Mnangagwa. El Ejército siempre había actuado como fiel aliado de Mugabe, pero también defendía a Mnangagwa, considerado como un aliado del jefe militar, general Constantino Chiwenga. Ambos lucharon junto con Mugabe contra el régimen de minoría blanco que detentaba el poder en la entonces República de Rhodesia y antigua colonia británica hasta 1980.
Según el índice de Naciones Unidas, Zimbabue, de unos 15 millones de habitantes, es actualmente uno los países más pobres del mundo. La política de Mugabe hundió al país, conocido antiguamente como el "granero" de África, en una profunda crisis económica, con una de las mayores tasas de inflación en el mundo y una moneda nacional colapsada.