Salvador Dalí, la perseverancia de un eterno provocador

"Feliz es el que provoca un escándalo", aseguraba Salvador Dalí, artista que confesó y manifestó a través de su obra el gusto por la exageración, la extravagancia y la provocación, tres conceptos que preservó hasta el fin de sus días y que se encuentran inmersos en su legado artístico, porque, tal como afirmaba el genio, "el que quiere interesar a los demás tiene que provocarlos".

Un día como este de hace 116 años llegaba al mundo en Figueras un artista que nunca murió completamente, como él mismo predijo, y cuya obra, con esa "Persistencia de la memoria" por bandera, es una de las más representativas del surrealismo no solo en las artes plásticas sino también en las audiovisuales en todo el mundo.

Resignificar y acabar con la muerte fue algo que siempre estuvo presente en los trabajos de Dalí. Y para comprenderlo debemos remontarnos a su niñez. Desde pequeño tuvo presente a la muerte, pues tras el fallecimiento de su hermano mayor, sus padres decidieron mantener el recuerdo de este utilizando el mismo nombre en su segundo hijo: Salvador. 

De manera que las comparaciones entre Salvador y su hermano desaparecido eran constantes. Cuando se inició el terreno pictórico, por un largo período creó obras dramáticas en las que se interpretaba a sí mismo con imágenes de cadáveres putrefactos, carnes blandas sostenidas por estructuras también blandas. Era esa muerte la que tenía que vencer, esa muerte que se le imponía y que rechazaba con todas sus fuerzas.

Sin embargo todo cambió tras la llegada de Gala a su vida, ahí dejó de verse a través de su  hermano muerto para asumirse junto a su mujer viva. Entonces empezó a firmar sus cuadros como Dalí-Gala. "Haré moldear en oro la maqueta de la estación de Perpignan, a su vez maqueta del Universo, y bajo ella dormiré con Gala a la espera de la resurrección".

Sus excéntricas creaciones se aprecian hoy en diversos museos del mundo, así como en colecciones privadas. Y son parte ya de la cultura popular contemporánea. Incluso hay una serie de joyas de formas exageradas pero hechas con piedras preciosas que hizo el genio surrealista, quien murió un 23 de enero de 1989 en su ciudad natal, Figueras.

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