Sufren los Albinos en Zimbabue de exclusión social
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El rechazo, la exclusión y la humillación que sufren los albinos y sus padres en Zimbabue describen la vida en un país en que la poca tolerancia hacia ellos es prácticamente un infierno.
Loveness Mainato fue ingresada a un hospital con una severa depresión luego de dar a luz a su segundo hijo con albinismo. Su esposo la abandonó, y algunos de sus parientes la acusan de estar maldecida.
El rechazo, la exclusión y la humillación que sufren los albinos y sus padres en Zimbabue describen la vida en un país en que la poca tolerancia hacia ellos es prácticamente un infierno.
Es una preocupación regional. En el vecino Malawi, 18 personas albinas han sido asesinadas desde 2014 debido a su condición, de acuerdo con un reporte emitido este mes por Amnistía Internacional. Asesinatos similares se han denunciado también en Tanzania.
No se han registrado asesinatos de este tipo en Zimbabue hasta ahora. Pero los albinos y sus padres dicen que la vida es igual de dura debido a mitos y prejuicios profundamente arraigados.
Algunos creen que dormir con albinos puede curar el VIH mientras que otros consideran al albinismo una maldición, dijo Anderson Chimusoro, un funcionario de prevención y control de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la capital, Harare.
Y el deterioro de las condiciones económicas en Zimbabue significa que muchos albinos tengan dificultades para adquirir lociones para la piel y otros medicamentos, dijo Nesbert Mudzviti, un terapeuta ocupacional que nació con la condición.
La OMS calcula que 39,000 personas presentan albinismo en el país de 13 millones de habitantes en el sur de Africa.
"Muchos de nosotros morimos un poco por dentro cada vez que salimos a la calle", comentó Gwen Marange, una albina que afirma que se divorció porque su esposo se burlaba de su condición.
La mujer asegura que los hombres le silban y la agreden verbalmente cuando camina por las calles.
Mainato no es albina, pero dos de sus cuatro hijos sí. Después del nacimiento del segundo, su esposo huyó con una joven que les ayudaba con la limpieza argumentando que ya no podía arriesgarse a tener otro hijo albino, dijo Mainato.
"Mi casero me dice que oculte a mis hijos cada vez que haya visitas", indicó Mainato, quien creó la Organización de Beneficencia para Albinos en 2009 tras superar la depresión.
Tanto ella como Marange compartieron sus experiencias en Harare en un evento organizado por Naciones unidas el 15 de junio como parte de las actividades por el Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo.