Trabajo en casa, unos efectos de la pandemia
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Los efectos de la pandemia causada por el COVID19, han mostrado nuestra fragilidad en diferentes ámbitos
Hay eventos inesperados que trastornan de manera violenta y rápida el estado actual de las personas y sus organizaciones, y que no brindan la oportunidad de realizar ajustes de cambio armónicos, sino más bien, obligan a efectuar modificaciones súbitas, casuales y fortuitas.
Así, podemos citar a las enfermedades epidémicas extendidas a muchos países, las que además de atacar a la mayoría de los individuos de ciertas localidades o regiones, causan angustias, temores y perjuicios, generando impactos negativos en todo tipo de organizaciones, empresas y sociedad.
Los efectos de la pandemia causada por el COVID19, han mostrado nuestra fragilidad en diferentes ámbitos: salud, alimentación, convivencia, organización, trabajo, economía, estructuras sociales y organizacionales, entre otros.
En el caso particular de las empresas y otras organizaciones, las que contaron con programas y proyectos de responsabilidad social, reaccionaron de manera más oportuna que aquellas que carecían de ellos.
El COVID19 ha generado impactos como riesgo de contagio de sus colaboradores, disminución de ventas, dificultad en la proveeduría y distribución de bienes y servicios; por lo que, muchas empresas desarrollaron planes de comunicación a sus partes relacionadas acerca de las medidas tomadas por la empresa, modificaron la dinámica laboral, disminuyeron o suspendieron algunas operaciones, pospusieron eventos institucionales, brindaron atención médica a sus colaboradores y brindaron facilidades para llevar a cabo el trabajo en casa.
El “trabajo en casa”, proyecto encuadrado en el balance de vida laboral y vida personal/familiar, que se ofrece a los colaboradores dentro del ámbito de calidad de vida en el trabajo, uno de los pilares de la responsabilidad social empresarial, ha sido una de las prácticas más recurrida por las empresas, debido a la conciliación entre la productividad de la empresa y la estabilidad laboral del colaborador.
Aunado a las razones para continuar el negocio, el “trabajo en casa” brinda ventajas como reconocer los esfuerzos de la empresa; valorar el trabajo; incrementar el compromiso; optimizar tiempos; flexibilizar el horario; disminuir gastos de oficina; y, mejorar la calidad de vida.
Al mismo tiempo, el “trabajo en casa” puede ocasionar momentos tranquilos que produzcan sensación de soledad; facilita la convivencia de labores del hogar con las del trabajo, que puede distraer de tareas laborales; deambular en la casa con materiales de trabajo, puede convertir toda la casa en oficina perdiendo el encanto de hogar; los horarios indefinidos arriesga el tiempo dedicado a la familia y a uno mismo; la falta de presencial con superiores jerárquicos puede generar sentido de ausencia y ser desplazado; falta de condiciones tecnológicas eficientes; y, carencia de mobiliario adecuado.
Sin embargo, hay que ser conscientes que los cambios imprevistos obligan a realizar ajustes a las condiciones que rodean a las personas, y a las personas mismas. Por ello, hay que ser claros y objetivos, para poder enfocar los cambios y efectos, y adaptarse a laborar eficientemente desde casa.
Por tanto, es recomendable que las empresas estén atentas a los cambios que puedan suceder en los colaboradores y en sus familiares, diseñen proyectos de apoyo, elaboren las reglas correspondientes y lleven a cabo el seguimiento de sus colaboradores adecuado; ya que un buen “trabajo en casa”, beneficia al colaborador y al negocio.
Licenciado en Sociología
Maestro en Responsabilidad Social.
Catedrático en la Universidad Anáhuac Norte
Especialista en Comunicación y Mercadotecnia
Colaborador en Forbairt, S.C.