El sarape saltillense, orgullo para el mundo

Hábiles artesanos desde hace más de un siglo, lograron atrapar todos los colores del arcoiris y con ellos pintaron los hilos de lana para tejer el Sarape de Saltillo, que en la actualidad es considerado una obra de arte, pieza de colección por su laboriosa confección artesanal producto de la imaginación.

Sin embargo, esta pieza de lana hoy sólo es confeccionada por un taller, "El Sarape de Saltillo", ubicado en la calle Hidalgo sur 306, propiedad de la familia Mendoza Oyarzábal, y quienes menos los compran son los saltillenses.

Esta ciudad tiene un equipo de beisbol, Saraperos de Saltillo, pero nunca se ha visto que este equipo exhiba un sarape en los juegos y en su doug out.

Cada sarape es original, ninguno es igual a otro, aunque en esencia todos llevan, tejidos entre hilos de lana, una gama de 40 tonalidades.

Todos, en su parte central, llevan un diamante o boca, hecho con matizados, que es una madeja hecha con cuatro o cinco hilos de tonos diferentes, pero de un mismo color.

El sarape, al igual que el traje y el sombrero charro, son prendas distintivas de la mexicanidad conocidas mundialmente.

El sarape, como obra de arte, cobró fama internacional en 1929 cuando la señorita Dolores González de Oyarzábal ganó el Gran Premio de la Exposición Iberoamericana en Sevilla, España, con un sarape que tenía tejidas las banderas de España y México.

En 2003 el Museo Franz Mayer de la Ciudad de México exhibió, como piezas de arte, una colección de sarapes confeccionados en el taller de la familia Mendoza Oyarzábal. La exposición fue titulada: "El Sarape de Saltillo, Enigma y Huella".

A "El Sarape de Saltillo", ubicado en la calle Hidalgo sur 306, propiedad de la familia Mendoza Oyarzábal, han llegado a comprar sarapes personalidades como Rafael Caldera, ex presidente de Venezuela, también artistas como Irma Serrano "La Tigresa", Alejandro Camacho, Joan Crawford, Ana Gabriel, María Félix y el torero Alfredo Leal.

En los telares de "El Sarape de Saltillo" el obrero José Espiridión Zendejo Reyes, quien fue distinguido con la "Presea Saltillo", elaboró un bello sarape que regaló al papa Juan Pablo II durante la visita que hizo a Monterrey. También tejió un sarape del papa Pío XII.

Las manos expertas de los artesanos de "El Sarape de Saltillo" también elaboraron prendas con las imágenes del ex gobernador Nazario S. Ortiz Garza y Manuel Pérez Treviño, quien fue el primer presidente nacional del PRI.

La cantante María de Lourdes, quien amó profundamente a México y sus tradiciones, lució sarapes en la mayoría de sus presentaciones artísticas en el país y el extranjero.

Los parrenses recuerdan una actuación de María de Lourdes durante el programa "Así es mi Tierra" con motivo de la "Feria de la Uva", en la que presentó un mosaico de canciones mexicanas en la que todos los participantes lucieron un sarape al hombro.

María de Lourdes, además de lucir los sarapes, también entonó canciones de Pepe Guízar referentes al Sarape de Saltillo y lo mismo hizo Jorge Negrete.

El 12 de febrero de 1994, en Lillehammer, Noruega, en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, la delegación representativa de México lució sarapes hechos en el taller de la familia Mendoza Oyarzábal. Desde entonces los noruegos compran sarapes cuando visitan Saltillo.

Hasta nuestros días sigue siendo un enigma el origen de la palabra sarape, aunque es mundialmente conocida, pues aparece en todos los diccionarios de habla hispana, que lo describen como una especie de frazada que se lleva a modo de capa o cobija.

También sigue siendo un enigma la fecha o la época en que se empezó a confeccionar los sarapes como actualmente se conocen.

La señora Ana María Mendoza Oyarzábal consideró que el sarape es producto de la mezcla del arte de tejer de los moros, españoles, tlaxcaltecas y de los habitantes de Teocaltiche, Jalisco.

Hay quienes afirman que el arte del tejido fue traído a Saltillo por los tlaxcaltecas, que encabezados por Buenaventura de Paz, nieto del guerrero Xicoténcatl, llegaron aquí hace 415 años para fundar San Esteban de la Nueva Tlaxcala.

Mendoza Oyarzábal, gerente de "El Sarape de Saltillo", consideró que el arte del tejido de los tlaxcaltecas se mezcló con el arte del bordado de los españoles, quienes a su vez traían la influencia morisca, de tal forma que con el tiempo el sarape fue evolucionando y cambiando en su diseño y colorido.

Dijo que fue hasta principios del siglo pasado cuando el sarape alcanzó su máxima evolución, cuando se fusionaron las técnicas de artesanos de Saltillo con los artesanos de Teocaltiche, Jalisco.

A partir de 1900 surgieron en Saltillo talleres o fábricas de sarapes, la mayoría con anuncios en inglés, con la leyenda "Sarape Factory" que alcanzaron un gran auge y fama en la década de los años 40 y 50 del siglo pasado.

Nacieron muchos talleres que alcanzaron notoriedad en Saltillo como los de Ismael Ramos (Lito), abuelo del ex alcalde Ismael Ramos Flores, ubicado en la esquina de las calles Victoria y Purcell.

El de Jesús Santos Barrera, localizado en la calle Victoria y Acuña y "El Guerrillero", de la señora Dolores González de Oyarzábal.

Con el paso de los años fueron desapareciendo los talleres de sarapes y tampoco existen ya los talleres de la calle Simón Bolivar, en el barrio "Aguila de Oro" que hacían cobijas y tapetes de lana.

De sarapes sólo queda uno, "El Sarape de Saltillo", que se esfuerzan por sostener los hermanos Ana María, Guillermo Pío, María Luisa, Joaquín María, Jesús María, Pablo Esteban y Juan Ignacio Mendoza Oyarzábal, quienes son la tercera generación de una familia que durante más de 80 años se ha dedicado a tejerlos.

"El Sarape de Saltillo" tuvo su origen en 1920 cuando un español de apellido Sánchez Muslera vendió su taller, de nombre "El Charro" que se localizaba en un local del desaparecido hotel Arizpe Sáinz, a la señora Dolores González de Oyarzábal, abuela de los hermanos Mendoza Oyarzábal. Sánchez Muslera, antes de regresar a España, le enseñó a doña Dolores todos los secretos del teñido de la lana y del tejido de los sarapes.

Doña Dolores, a su vez, transmitió sus conocimientos a su hija Ana María Oyarzábal de Mendoza y a otra persona, a José Espiridión Zendejo Reyes, quien durante 60 años tejió sarapes en "El Sarape de Saltillo".

Los artesanos explican que es laborioso tejer sarapes, lo más meticuloso es amarrar los hilos para el telar, se amarran uno a uno hasta llegar a 580 o 990, dependiendo del ancho que se le quiera dar al sarape, y sobre esos hilos se teje. (Notimex)