Aumentan suicidios en penales federales; el de Ramos Arizpe registró dos en el 2023: CNDH

Coahuila
/ 1 julio 2024

Es imperativo que se tomen medidas efectivas para mejorar las condiciones de vida de los internos, proporcionar una atención médica y psicológica adecuada y garantizar sus derechos humanos, de acuerdo con el reporte anual de la Comisión

El estado de Coahuila y su penal federal de Ramos Arizpe reporta dos suicidios entre sus reos el año pasado, de acuerdo con el más reciente Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2023, presentado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

El reporte revela una sombría realidad: un repunte en los suicidios dentro de los penales federales de México. Este fenómeno, que había mostrado una ligera disminución en años anteriores, resurge, levantando alarmas sobre las condiciones de vida en estos centros de reclusión y la atención a la salud mental de los internos.

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Este diagnóstico destaca que los suicidios en los centros federales han pasado de 16 en 2022 a 22 en 2023. Esta cifra, aunque puede parecer pequeña en el vasto panorama de la población penitenciaria, es un indicador contundente de la desesperación y el abandono que viven muchos reclusos. En este oscuro listado, el estado de Morelos se alza tristemente como el más afectado, con 11 suicidios registrados en el Cefereso 16, un centro femenil que alberga a mujeres privadas de su libertad.

El Cefereso 16 en Morelos no solo concentra el 50% de los suicidios reportados, sino que se convierte en el foco de numerosas denuncias por parte de organizaciones defensoras de derechos humanos. La CNDH y estas organizaciones exigen una investigación exhaustiva sobre las muertes y un informe detallado sobre la salud e integridad de las mujeres en este centro. Las condiciones deplorables de vida, sumadas a una aparente falta de atención médica y psicológica adecuada, pintan un panorama desolador para las internas.

Al igual que Coahuila, Guanajuato y Michoacán también reportan dos suicidios entre sus reos, mientras que Durango registra uno. Estos números, aunque menores, no dejan de ser significativos, evidenciando que el problema del suicidio en las cárceles mexicanas es más amplio y requiere una atención urgente y coordinada a nivel nacional.

LA SITUACIÓN EN LOS PENALES DE COAHUILA

El informe de la CNDH ofrece una radiografía detallada de los centros de reinserción social en Coahuila, otorgándoles una calificación general de 6.31. Las evaluaciones individuales de estos centros revelan profundas deficiencias estructurales y de gobernabilidad, comprometendo gravemente los derechos humanos de los internos. El penal federal 18 de Mesillas en Ramos Arizpe, con una calificación de 8.28, contrasta con los centros estatales, pero no logra desviar la atención de la crisis generalizada.

El penal varonil de Saltillo, por ejemplo, reprueba en reinserción social y no destaca en ningún otro aspecto. El centro femenil de la misma ciudad, aunque obtiene una mejor puntuación general, solo sobresale en garantizar una estancia digna. Peor aún es la situación en el femenil de Piedras Negras, que no solo reprueba en reinserción social, sino también en la provisión de espacios adecuados para grupos con necesidades específicas.

La sobrepoblación es uno de los problemas más graves señalados en el informe. El Cereso varonil de Saltillo, diseñado para 1,020 reos, alberga actualmente a 1,723, mientras que el femenil, con capacidad para 60, tiene a 70 mujeres. En Torreón, el penal diseñado para 906 internos cuenta con una población de 1,195, y el varonil de Piedras Negras, con capacidad para 804, tiene 1,352 personas. Esta situación no solo incrementa el riesgo de incidentes violentos, sino que afecta gravemente la habitabilidad digna de los reclusos.

El aumento de suicidios en los penales federales es un síntoma de una crisis más profunda y estructural en el sistema penitenciario mexicano.

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