Cuando el regreso a la oficina entra a la fase de ‘desesperación’
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Las empresas enfrentan desafíos y titubeos en la planificación del regreso a la oficina, y la necesidad de experimentar y realizar ajustes en los planes híbridos
Por: Emma Goldberg
A Manny Medina, director general de una empresa de ventas de inteligencia artificial con sede en Seattle, no le importa tener que repetir las cosas. Al fin y al cabo, son gajes del oficio. Esa tolerancia le ha venido bien este año, pues se ha enfrentado innumerables veces a la misma pregunta.
Espera, ¿por qué querías que volviéramos a la oficina?
Los ingenieros le recordaron sus trayectos de la casa al trabajo y viceversa. Los padres trabajadores le recordaron los horarios en los que sus hijos entran y salen de la escuela. Medina respondía con argumentos tan reiterados que parecen mantras personales: estar cerca de los demás mejora el desempeño. Medina se planteó los tres años de trabajo a distancia como un experimento. Su conclusión fue que las ideas surgen de manera más orgánica en el clamor de la oficina.
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“Cuando estás en persona puedes interrumpir al otro sin ser grosero”, dijo Medina, cuya empresa, Outreach, ahora funciona en modo híbrido. “En una conversación en Zoom, tienes que dejar que alguien termine de hablar”.
Para decenas de millones de oficinistas, han sido tres años de planes erráticos para volver al trabajo en persona: convocar a la gente, para luego arrepentirse, y dejar que todo el mundo trabaje más o menos donde le plazca. Ahora, por enésima vez, las empresas están dispuestas a hacerlo en serio.
Una ola de empresas convocó a los trabajadores de vuelta a la oficina esta primavera y verano: Disney dijo que cuatro días a la semana, Amazon lo intentó con tres (lo que provocó una huelga de los trabajadores corporativos), Meta y Lyft fijaron plazos límite en septiembre para muchos de sus empleados. Otros han ideado nuevas tácticas para garantizar el cumplimiento de sus políticas para regresar a la oficina. Google, que ha pedido a la mayoría de los trabajadores que estén en la oficina tres días a la semana, anunció que las evaluaciones de rendimiento podrían tener en cuenta las ausencias prolongadas e inexplicables de la oficina, y que se podrían revisar los registros de las tarjetas de acceso para identificar esas ausencias constantes, indicó Ryan Lamont, portavoz de la empresa.
Los empleados de Google solo podrán trabajar a distancia en contadas ocasiones. “Queremos ver a los ‘googlers’ conectando y colaborando en persona, así que estamos limitando el trabajo a distancia solo a casos excepcionales”, dijo Lamont.
Estas nuevas políticas llegan en un momento en el que los líderes empresariales aceptan que el trabajo híbrido es una realidad permanente, ya que poco más de una cuarta parte de las jornadas laborales completas en el país ahora se realizan en casa, y las oficinas siguen teniendo la mitad de su ocupación previa a la pandemia. (Aunque ese 50 por ciento de ocupación combina los martes y miércoles, cuando las oficinas están a tope, con los viernes, cuando se convierten en ciudades fantasma). Salesforce, un gigante del software empresarial, anunció que durante un periodo de 10 días hará una donación benéfica de 10 dólares al día en nombre de cualquier empleado que acuda a la oficina (o para empleados remotos que asistan a eventos de la compañía). Un portavoz dijo que era natural que la empresa quisiera encontrar momentos para “sentirse bien mientras se hace algo bueno”. Pero a algunos empleados quizá les parezca un cambio de tono, dado que los anteriores planes de la empresa sobre el lugar de trabajo se anunciaron a bombo y platillo para un futuro en el que gran parte de su plantilla trabajaría total o parcialmente de manera remota, para siempre. (La empresa recalcó que esto sigue en pie).
“Un espacio de trabajo inmersivo ya no se limita a un escritorio en nuestras torres”, escribió la empresa en un memorando de febrero de 2021. “La jornada laboral de 9 a 5 ha muerto”.
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No es frecuente que todo el mundo empresarial de las oficinas se vea inmerso en un experimento improvisado: los ejecutivos que tienen que discernir cómo tomar decisiones multimillonarias entre interrupciones de “estás en silencio”, empleados que se las ingenian para forjar amistades y pedir consejo a sus mentores mientras están sentados junto a montones de su ropa sucia.
En los últimos tres años, la toma de decisiones en la oficina se ha parecido más a la lucha de los padres por imponer normas en un hogar rebelde: “Haz esto”. “¿Por qué?”. “Porque yo lo digo”. Pero ahora algunos líderes empresariales dicen que los resultados de su experimento con el trabajo a distancia son claros. Están convencidos de que se necesita algo de tiempo en persona. Después de meses de despidos, sobre todo en el sector tecnológico, sus próximas decisiones empresariales revisten especial importancia.
“Cuando la economía estaba un poco más estable, los ejecutivos pensaban: ‘Me gustaría mucho que volviera la gente, pero no hay problema porque tengo este margen de error’”, explicó Mark Ein, presidente de Kastle, una empresa de seguridad cuyo “barómetro de vuelta al trabajo” la convirtió en una celebridad pandémica. “Ahora que las cosas están más difíciles, quieren atrincherarse y tener a su gente en la oficina”.
DocuSign, que cuenta con más de 6500 empleados repartidos por todo el mundo, se convirtió en el ejemplo perfecto de los titubeos en la planificación de la vuelta a la oficina. La empresa esperaba volver a convocar a los empleados en mayo de 2020, luego en agosto de 2020, luego en octubre de 2021, luego en enero de 2022. Luego los planes se desmoronaron por completo.
Pero este mes, gran parte de la empresa por fin regresó a la oficina. Desde febrero, los ejecutivos han evaluado todos los puestos de la compañía y han decidido que aproximadamente el 70 por ciento podían ser híbridos, lo que significa que las personas estarían medio tiempo en la oficina y medio tiempo a distancia, el 30 por ciento podían ser totalmente a distancia y menos del uno por ciento debían estar totalmente en la oficina. Jennifer Christie, la nueva directora de personal de la empresa, recibió docenas de preguntas de empleados preocupados.
“Este puede ser un tema muy polarizante”, dijo, añadiendo que ve este verano como un periodo de experimentación en el que ella y otros líderes de la empresa evaluarán qué partes de su plan híbrido necesitan cambios. “Estamos pasando agua por tuberías por las que no ha corrido agua en mucho tiempo. Así que, ¿dónde va a haber fugas?”.
Pero los líderes de DocuSign estaban listos, añadió, para dejar de hablar sobre cómo hacer que la gente vuelva a la oficina y empezar a hacer realidad sus planes. “Podríamos debatirlo una eternidad, podríamos especular una eternidad sobre lo que va a pasar, pero la mejor manera de que entendamos cómo va a afectar esto a nuestra cultura y productividad y colaboración es simplemente empezar a hacerlo”.
c.2023 The New York Times Company